No hay una indicación sobre algo que la persona deba decir o hacer, entonces es un momento para meditar en silencio lo escuchado tras la imposición de cenizas
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Miembros de la marina de Estados Unidos reciben la ceniza. Crédito: Foto de la U.S. Navy. Dominio público |
En la Misa que
marca el inicio del tiempo de Cuaresma, que sirve de preparación para la
Pascua, el sacerdote y los ministros que lo asisten pronuncian una fórmula al
imponer la ceniza en la frente de todos los fieles, incluso de los no católicos
que quieran recibirlas.
El Misal romano
señala que “todos los fieles se acercan al sacerdote que impone la ceniza sobre
ellos; a cada uno le dice: 'Conviértete y cree en el Evangelio' (cf. Mc 1,15)
o: "Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás" (cf. Gn 3,19).
¿Qué hace
después de recibir las cenizas?
Una primera
precisión es que no hay una indicación sobre algo que la persona deba decir o
hacer, entonces es un momento para meditar en silencio lo escuchado tras la
imposición de cenizas.
El P. Mauro
Carlorosi, sacerdote argentino del Oratorio de San Felipe Neri y experto en el
tema de la Divina Misericordia, indicó a ACI Prensa que, si bien “no hay un
tiempo mínimo” establecido para llevar las cenizas impuestas en la frente o la
cabeza, estas pueden servir para dar testimonio.
Las cenizas y
el testimonio de fe cristiana
El sacerdote,
también miembro del Faustinum, asociación internacional que promueve la
Divina Misericordia, explicó que las cenizas “sirven mucho como testimonio de
que uno es cristiano y está viviendo la Cuaresma”.
“No hay que
tener miedo de dar testimonio allí donde uno esté”, subraya.
Y agrega: “Pero
por supuesto que la ceniza en la cabeza ese día no impide el cumplimiento del
deber. Si uno tiene que lavarse o mojarse puede hacerlo, que no se las quite
uno por cobardía de llevar un signo exterior”.
Para el P.
Carlorosi, “en estos tiempos hace falta saber exteriorizar nuestra fe,
particularmente los laicos. Así como se llevan en la mano los aros de
matrimonio o se hace la señal de la cruz ante las iglesias, se puede llevar la
ceniza con coraje para dar testimonio de Cristo”.
“Si las cenizas
se van cayendo solas o si uno se lava, pues que esto sea por la pérdida en el
uso natural de ese signo”, recomendó el sacerdote.
“Y si queda en
la frente una mancha fea, que se deteriora mientras avanza el día, no hay
problema en sacarlas para que no parezca una suciedad. No habría problema
entonces con lavarse”, concluyó.
Por Walter
Sánchez Silva
Fuente: ACI
Prensa