En la tarde de este jueves 25 de enero, el Papa Francisco se trasladó a la Basílica de San Pablo de Extramuros para presidir la celebración de las Segundas Vísperas por la Solemnidad de la Conversión del Apóstol San Pablo, en la que pidió rezar por la unidad en la Iglesia.
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El Papa Francisco en la Solemnidad de la Conversión de San Pablo Crédito: Daniel Ibáñez/ACI Prensa. Dominio público |
En la Vísperas participaron representantes de las demás Iglesias
y Comunidades eclesiales presentes en Roma y, antes de la bendición apostólica
del Pontífice, el Cardenal Kurt Koch, prefecto del Dicasterio para la Promoción
de la Unidad de los Cristianos, dirigió una saludo al Papa Francisco.
“Dividir nunca es de Dios, sino del diablo”
El Papa Francisco centró su homilía en reflexionar acerca de la
importancia de mantenerse unidos y advirtió que “dividir nunca es de Dios, sino
del diablo”.
Remarcó que solamente el amor “que se convierte en servicio
gratuito, sólo este amor que Jesús proclamó y vivió, acercará a los cristianos
separados los unos a los otros”.
“Sí, sólo este amor, que no vuelve al pasado para poner
distancia o señalar con el dedo; sólo este amor, que en nombre de Dios antepone
el hermano a la férrea defensa del propio sistema religioso, nos unirá”, afirmó
el Santo Padre.
Asimismo, explicó que “todo bautizado pertenece al mismo Cuerpo
de Cristo” y que todos componemos la “sinfonía de la humanidad”.
“Yo, y también mi comunidad, mi Iglesia, mi espiritualidad, ¿se
hacen prójimos? ¿O permanecen atrincheradas en defensa de sus propios
intereses, celosas de su autonomía, encerradas en el cálculo de sus propias
ventajas, entablando relaciones con los demás sólo para obtener algo de
ellas?”, preguntó el Pontífice.
El Papa aseguró que “si así fuera, no se trataría sólo de
errores estratégicos, sino de infidelidad al Evangelio”.
Al recordar la conversión de San Pablo, que la Iglesia celebra
cada 25 de enero, el Papa Francisco señaló que el Apóstol “no cambia de vida
según sus propósitos, no se vuelve mejor por realizar sus proyectos”.
“Su conversión — explicó — nace de un cambio existencial, donde
el primado ya no le pertenece a su perfección frente a la Ley, sino a la
docilidad para con Dios, en una apertura total a lo que Él quiere”.
Para el Santo Padre, “todos los esfuerzos hacia la unidad plena
están llamados a seguir el mismo itinerario de San Pablo, a dejar de lado la
centralidad de nuestras ideas para buscar la voz del Señor y dejarle iniciativa
y espacio a Él”.
En esta línea, instó a reconocer que “necesitamos convertirnos,
dejar que el Señor nos cambie el corazón. Esta es la vía: caminar juntos y
servir juntos, poniendo la oración como prioridad”.
A continuación, agradeció la presencia de Justin Welby,
Arzobispo de Canterbury, del Metropolita Policarpo, en representación del
Patriarcado Ecuménico, y de todos los fieles presentes de diferentes
comunidades cristianas.
El Papa Francisco también fijó su mirada en la parábola del Buen
Samaritano y destacó “que quienes se comportan mal y con indiferencia, son el
sacerdote y el levita, que anteponen a las necesidades del que sufre la tutela
de sus tradiciones religiosas. Primero el hermano, luego el sistema”,
aseveró.
A continuación, reiteró que “rezar por la unidad es la primera
tarea de nuestro camino”, una tarea que definió como “santa”.
"Juntos, como hermanos y hermanas en Cristo, imploremos con
Pablo diciendo: '¿Qué debemos hacer, Señor?'. Y al hacer esta súplica
ya tenemos una respuesta, porque la primera respuesta es la oración”, señaló.
Pidió también seguir rezando por el fin de las guerras,
especialmente en Ucrania y en Tierra Santa y aseguró que Jesús nos dice:
“Levántate”, “a cada uno de nosotros y a nuestra búsqueda de unidad”.
Dos
mujeres irrumpen en la basílica en protesta de la tauromaquia
Cabe destacar que, en torno a la mitad de la celebración, varias
mujeres irrumpieron en el templo para manifestarse en contra de la tauromaquia
con carteles y camisetas donde podía leerse Stop blessing corridas (parad
de bendecir corridas).
Las mujeres, pertenecientes a la organización PETA (personas por
el trato ético de los animales), fueron rápidamente expulsadas de la
basílica.
Por Almudena Martínez-Bordiú
Fuente: ACI
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