Seguramente has sentido que no puedes más y que requieres de alguien que te indique por dónde continuar. Esa persona es el director espiritual.
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Pascal Deloche | Godong. Dominio público |
Por lo tanto, sean perfectos como es
perfecto el Padre que está en el cielo (Mt 5, 48).
¿Cómo
se puede alcanzar esa meta? Una vía segura es la dirección espiritual. Pero,
¿qué hace el director espiritual? Para responder esta y otras dudas, Aleteia
conversó con el Pbro. Rafael Paz, sacerdote diocesano,
maestro de Griego en el seminario diocesano de Celaya desde 1986, con larga
experiencia como consejero de jóvenes en proceso de formación sacerdotal.
¿Qué es la dirección espiritual?
El
padre Paz comenta que, dentro de seminario, la dirección espiritual se encamina
a acompañar a los muchachos, hacerles entrevistas, confesarlos y ver por dónde
están fallando.
En
cuanto a los fieles que acuden a su rectoría, «van supuestamente a confesarse»,
pero en realidad van a platicar con él. Menciona que le gustó estudiar psicología
porque muchas personas que lo buscan llegan «muy desorientadas», preguntándole
qué pueden hacer.
Para
el sacerdote, el problema es que la gente se olvida de hacer oración y
acercarse a los sacramentos, los tienen pero no los usan. Por eso insiste en
que, más que confesión, lo que las personas requieren es una orientación, pues
se dedican a sus «urgencias» como el trabajo y otras cuestiones, pero olvidan
lo espiritual. «Ese es el problema de todo».
¿Quién puede ser director
espiritual?
El
sacerdote comenta que «cualquier cristiano maduro en su fe, que lleve orden en
su oración, en los sacramentos, que se acuerde de las virtudes y esté instruido
en el catecismo de la Iglesia católica, puede serlo». Una manera muy eficaz de
ayudar a alguien es escucharlo y hacerle preguntas para que reflexione; motivar
el diálogo. Dialogar antes que regañar.
Sobre
esto, agrega que los papás de los niños son los encargados de guiar a sus
hijos, porque son una pequeña Iglesia. Son ellos los que deben preocuparse, «ya
los mantuvieron, ya les dieron estudios, ahora lo que sigue es no descuidar la
parte espiritual». El sacerdote enfatiza en que «ahí está la falla», porque no
ven a sus padres hacer oración, y menos rezan con ellos.
Todo
lo dicho lo resume en pocas palabras:
El
director espiritual debe orientar a la gente para que no olvide que lo más
valioso es Dios».
Mónica
Muñoz