Francisco recibe a la Conferencia Europea de Rabinos y lanza de nuevo su llamamiento por Tierra Santa, "golpeada por la bajeza del odio y al ruido mortífero de las armas"
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Delegación de la Conferencia Europea de Rabinos recibidos en audiencia por el Papa Francisco (Vatican Media) |
A continuación, expresa toda su preocupación y condena por
"la difusión de manifestaciones antisemitas".
Tierra Santa, devastada por el
odio y el ruido de las armas, pero también la preocupación por los actos
antisemitas, vuelve al pensamiento del Papa al recibir a una delegación de la
Conferencia de Rabinos Europeos, la principal alianza rabínica ortodoxa de
Europa, la "voz de los rabinos en Europa", como la define Francisco,
que no pronuncia el discurso debido a una ligera indisposición, como dice a los
presentes. Es así como a pocas horas del Ángelus de ayer, Francisco vuelve a
renovar su llamamiento por la paz en Oriente Medio
"Una vez más la violencia y
la guerra se han recrudecido en esa Tierra que, bendecida por el Altísimo,
parece oponer continuamente la bajeza del odio y el ruido mortífero de las
armas. Y es preocupante la difusión de manifestaciones antisemitas, que condeno
con firmeza. Todos los creyentes, pide el Papa, en un tiempo de destrucción
como el que vive la humanidad, están llamados, en nombre de Dios, "por
todos y ante todos, a construir la fraternidad y a abrir caminos de
reconciliación".
Justicia y diálogo
para construir la paz
Ni las armas, ni el terrorismo,
ni la guerra, sino la compasión, la justicia y el diálogo son los medios
adecuados para construir la paz. Francisco se detiene en el significado del
"diálogo", entendido como el contacto del ser humano con el prójimo,
donde el ser humano mismo se hace diálogo, siguiendo la Palabra de Dios.
"Orienta nuestros pasos
precisamente a la búsqueda del prójimo, a la acogida, a la paciencia;
ciertamente no al ímpetu repentino de la venganza y a la locura del odio
bélico. ¡Qué importante es, pues, para nosotros creyentes, ser testigos del
diálogo!"
La herencia judía
en el cristianismo
Cristianos y judíos, prosigue el
Papa, en virtud de todas estas consideraciones, se acercan "unos a otros
mediante el encuentro, la escucha y el intercambio fraterno",
reconociéndose mutuamente como "servidores y discípulos de esa Palabra
divina, lecho vital en el que germinan nuestras palabras". Para ser
constructores de paz, por tanto, los creyentes de las dos confesiones están
"llamados a ser constructores de diálogo", apoyándose en sus propias
fuerzas, en sus propias capacidades, y confiando en la ayuda de Dios.
"El diálogo con el judaísmo
es de particular importancia para nosotros los cristianos, porque tenemos
raíces judías. Jesús nació y vivió como judío; Él mismo es el primer garante de
la herencia judía dentro del cristianismo, y nosotros, que somos de Cristo,
necesitamos de vosotros, queridos hermanos, necesitamos del judaísmo para
comprendernos mejor a nosotros mismos. Por eso es importante que el diálogo
judeo-cristiano mantenga viva la dimensión teológica, al tiempo que sigue
abordando cuestiones sociales, culturales y políticas".
Judíos y cristianos,
testigos de la paz
Judaísmo y cristianismo, añade
Francisco, no son "dos creencias ajenas la una a la otra" que se
hayan desarrollado "independientemente en espacios separados y sin
influirse mutuamente". El Papa recuerda cuando Juan Pablo II, durante su
visita a la Sinagoga de Roma, fue el 13 de abril de 1986, llamó a los judíos
"hermanos queridos" y "hermanos mayores", señalando que la
fe judía es "intrínseca" al cristianismo. El diálogo entre judíos y
cristianos, por tanto, concluyó Francisco, "más que un diálogo
interreligioso, es un diálogo de familia".
"Queridos hermanos, estamos
vinculados unos a otros ante el único Dios; juntos estamos llamados a
testimoniar con nuestro diálogo su palabra y con nuestra conducta su paz. Que
el Señor de la historia y de la vida nos dé valor y paciencia para hacerlo.
Shalom".
Francesca Sabatinelli - Ciudad
del Vaticano
Vatican News