Francisco anunció al final del Ángelus la iniciativa "Aprendamos de los niños y las niñas" que se celebrará en el Aula Pablo VI, gracias al patrocinio del Dicasterio para la Cultura y la Educación. Una manera, explica Francisco, de "volver a tener sentimientos puros de niños"
![]() |
Vatican News |
Cinco niños, representantes de los cinco
continentes, se asoman junto al Papa Francisco durante el rezo del Ángelus.
Están allí, ante los numerosos fieles que los observan, para presentar una
iniciativa que, explica el Pontífice, se celebrará la tarde del 6 de noviembre,
en el Aula Pablo VI, sobre el tema: "Aprendamos de los niños y de las
niñas", un evento patrocinado por el Dicasterio para la Cultura y la
Educación.
Un encuentro para manifestar el sueño de todos
nosotros: volver a sentirnos puros como niños. Porque quien es puro como un
niño pertenece al Reino de Dios. Los niños nos enseñan la claridad de las
relaciones, la acogida espontánea de los extraños y el respeto por toda la
Creación. Queridos niños y todos vosotros, ¡yo también espero aprender de
vosotros!
Está Pamela, de 7 años, que viene de Siria;
Grigoryi, también de 7 años, que viene de Ucrania, el país devastado por la
guerra en el corazón del Papa. Luego, Alessio, de 10 años, es de Benín;
Alejandro, de 7 años, viene de Guatemala y, por último, Tomás, de 9 años, viene
de Australia. Representan a más de 6.000 niños y niñas de muchas partes del
mundo. Los cinco pequeños son acogidos por la comunidad de Sant'Egidio y la
Cooperativa Auxilium, acompañados por el padre Enzo Fortunato, de la Orden de
Franciscanos Conventuales.
Recuperar la mirada de los pequeños
"Algunos de ellos proceden de las zonas
más difíciles, pobres y significativas del planeta", explica a Telepace el
padre Enzo Fortunato, coordinador general de la iniciativa. Por parte italiana,
la organización cuenta con la implicación de institutos escolares regionales y
el apoyo del Grupo Ferrovie dello Stato. Mientras que la lista de países de
origen incluye realidades como Marruecos, Siria, Palestina y Ucrania. Se trata,
por tanto, de una cita a escala mundial que refleja la atención del Obispo de
Roma por la infancia, el pacto educativo y la necesidad de recuperar la mirada
de los más pequeños.
"El Papa quiere devolvernos al corazón del
Evangelio", subraya el padre Enzo, recordando cuando Jesús dijo 'dejad que
los niños vengan a mí' o 'si no os hacéis como niños no entraréis en el Reino
de los Cielos'. "Significa que debemos acogerlos, respetarlos y
protegerlos más", explica. Y, sobre todo, que "debemos pasar más
tiempo con ellos". Francisco, añade, quiere subrayar con fuerza un aspecto
concreto, el hecho de que es a partir de los pequeños como se puede recuperar
la confianza en el mundo en un momento de la historia marcado por todo lo
contrario. "De hecho -señala-, en el Ángelus el Papa habló de la pureza
con la que los niños se acercan al mundo y de su capacidad de acoger sin
desconfianza: en definitiva, los niños pueden realmente reeducarnos".
Los niños trabajan para preparar el encuentro
El pensamiento se dirige a los hábitos de los
adultos: "a veces -reflexiona el padre Enzo- nuestras vidas están
contaminadas por aire viciado. Y realmente necesitamos descontaminar nuestros
corazones y nuestros ojos para recuperar la extraordinaria belleza que contiene
y vive este mundo". Los niños son maestros en esto. Ahora los interesados
preparan dibujos, canciones y poemas. Evidentemente, están en ebullición para
el encuentro con el Papa, que, por su parte, está en la misma onda. "Está
siguiendo los distintos pasos de la iniciativa, y percibo en él un sentimiento
de entusiasmo que revela su naturaleza de 'abuelo': así que será un encuentro
entre el abuelo del mundo y los niños". El padre Enzo subraya que la
iniciativa surgió en vista de la publicación de un próximo libro cuyo prefacio
ha escrito el papa Francisco. El padre Enzo subraya que la iniciativa surgió en
vista de la publicación de un libro de próxima aparición, "La encíclica de
los niños. Reeducar el mundo de los adultos", prologado por el Papa
Francisco.
Benedetta Capelli y Eugenio Bonanata - Ciudad
del Vaticano
Vatican News