"Dios siempre es muy generoso, entonces, si Él quiere a mi novio para santificarlo de esa manera y a mí de otra, es saber que el Señor también se encargará de mí..."
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Ante la ruptura del noviazgo, motivada
porque el novio se va al seminario, pueden surgir dudas y culpa como, “si tan
solo hubiera hecho esto”, pero es importante decir que es una decisión
personal. Un momento de discernimiento entre Dios y él, por lo que es bueno
conocer algunos consejos sobre cómo tratar esta situación, sabiendo que tú
hiciste todo lo que pudiste.
Consultamos
este tema con Rosa Elba López Suro, psicóloga clínica
del Centro Integral de Recuperación Familiar. Ella nos dio consejos muy
prácticos que pueden ayudar a manejar la situación.
La mujer tiene que tener esta mirada con los ojos de la fe, poder decir: Dios siempre es muy generoso, entonces si Él quiere a mi novio para santificarlo de esa manera, y a mí de otra, es saber que el Señor también se encargará de mí”.
Un buen consejero para sobre llevar esta pérdida es un sacerdote, pues Rosa comenta que “te puede sugerir y aconsejar qué es lo que debes hacer. El director te ayuda en esos procesos porque los entiende más por vivencia propia”.
Es inevitable pasar por las fases del duelo. Al recibir una noticia tan sorprendente, lo mejor es acercarse a recibir atención psicológica para tener una mayor claridad de la situación y de los pensamientos que surgen, así como practicar la contención.
“Tú quieres a mi novio para sacerdote, ¿entonces qué quieres para mí?”
Es válido que le hagas esta
pregunta a Dios. Es una prueba más en tu vida, aquella que es fundamental para
reordenar y mejorar virtudes que aún no habías trabajado por completo. Si Dios
destina para ti continuar en la vocación del matrimonio, que seas tú la que dé
su mejor versión de sí misma.
Para acrecentar tu fe puedes
visitar con mayor frecuencia al Santísimo, asistir a Misa, vivir ejercicios
espirituales donde, en el silencio, Dios de la respuesta que tu corazón anhela.
Este
momento es para que puedas crecer en tu relación con Dios: reza con más fuerza
y pide a Dios que te permita aceptar su voluntad. A pesar de sentir dolor,
confía en las decisiones que Él toma para tu vida.
“Debes
saber que no hay un honor más grande que haber sido novia de un sacerdote en
potencia, – aclaremos que decidir entrar al seminario, no garantiza que termine
ordenándose- si lo vemos con los ojos del alma, él quiere seguir la Voluntad de
Dios. Hay que saber decir: que bien que supe escoger a un buen novio. Yo lo
elegí para casarme y si el Señor lo escogió, quiere decir que yo elegí bien,
mirando la calidad del alma de este chico para la santidad”, comentó la experta.
Dentro de aceptar la voluntad
del Señor, también hay que ser conscientes de que el exnovio puede salir del
seminario, viendo que evidentemente no era su vocación. Ante esta situación,
hay que encomendarse al Señor para que dé mayor claridad en sus planes.
Si tu novio te dice que el
sacerdocio lo llama, déjalo ir. Es un momento en el que él tiene que responder
a ese llamado que Dios le está presentando. Acepta con humildad este cambio en
tu vida. Recuerda que Dios siempre da algo mejor de lo que uno ofrece con mucho
dolor.
Yohana Rodríguez
Fuente: Aleteia