El Secretario para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales de la Santa Sede ha intervenido en el Foro Político de Alto Nivel sobre el Desarrollo Sostenible bajo los auspicios de la Asamblea General en Nueva York.
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| Mons. Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales de la Santa Sede. Dominio público |
Esto
significa, explicó el Arzobispo, «tomar medidas concretas para hacer frente a
los grandes desafíos de nuestro tiempo, en particular la guerra y los
conflictos, la pobreza y el hambre, la violencia, la exclusión social, el
cambio climático y la degradación del medio ambiente, y la omnipresente
cultura del descarte», en nombre de la cual «las personas dejan
de ser consideradas un valor primario que hay que cuidar y respetar,
especialmente si son pobres o discapacitadas», y son descartadas
como «todavía no útiles», como los no nacidos, o «ya no necesarias, como los
ancianos».
La sostenibilidad y la resiliencia, por tanto, requieren «medidas con visión de futuro». De hecho, la Agenda 2030 «no es simplemente una cuestión de movilizar más recursos y diseñar herramientas más eficaces para superar los numerosos retos técnicos que plantea la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible».
«Por el contrario» subrayó Gallagher, «se trata ante todo de comprometerse y aplicar un nuevo modelo de desarrollo que tenga a la persona humana en el centro, se oriente hacia el bien común y se fundamente en principios éticos de justicia, solidaridad y responsabilidad compartida».
Para
que la Agenda 2030 siga siendo «un importante signo de esperanza», una
esperanza «que hace que las cosas sucedan y cambien vidas»,
concluyó, haciéndose eco de nuevo de las palabras del Papa Francisco, es
importante «nuestro compromiso genuino con el multilateralismo como expresión
de un renovado sentido de corresponsabilidad global con la contribución de toda
la familia humana».
Fuente: Vatican.news/InfoCatólica
