Al final de la audiencia general, el Papa Francisco dirigió un pensamiento a las víctimas de las graves inundaciones y por los damnificados por el terremoto en los dos países norteafricanos. Una oración también por la paz en el mundo y en particular por la "martirizada Ucrania"
![]() |
Un hombre camina delante de los escombros de un edificio en Derna, Libia, asolada por las inundaciones |
Las oraciones del Santo Padre, tras la
audiencia general, se dirigieron a las víctimas de las grandes tragedias que
han afectado el norte de África en los últimos días. En particular, su
pensamiento se dirigió "a las poblaciones de Libia duramente golpeadas por
las violentas lluvias que han provocado inundaciones y riadas, causando
numerosos muertos y heridos, así como cuantiosos daños".
La invitación del Papa fue a unirse en oración
por los que han perdido la vida, por sus familias y por los desplazados.
"Que no falte – añadió Francisco – nuestra solidaridad con estos hermanos
y hermanas tan probados por esta calamidad".
Oración por el pueblo marroquí víctima del
terremoto
Además, el pensamiento del Pontífice se dirigió
también "al noble pueblo marroquí", afectado por el terremoto del 8
de septiembre. "Rezamos por Marruecos, rezamos por sus habitantes. Que el
Señor les dé la fuerza para recuperarse, para reponerse después de esta
terrible 'insidia' que ha pasado", fueron las palabras de Francisco.
La mente y el corazón del Papa siempre en la
martirizada Ucrania
Elevando su miranda a todo el planeta,
Francisco también pidió seguir rezando por la paz en el mundo,
"especialmente en la martirizada Ucrania, cuyo sufrimiento está siempre
presente en nuestra mente y en nuestro corazón".
"No permanezcamos como espectadores – reiteró al saludar a los fieles de lengua alemana – sino comprometámonos activamente por un mundo más justo y más pacífico, cada uno según las propias posibilidades y fuerzas".
La bendición de las reliquias de los beatos
polacos Ulma
Por último, el Papa, al saludar a los fieles polacos, dio las gracias a la delegación encabezada por el arzobispo de Przemyśl, Adam Szal, que trajo a Roma las reliquias de los mártires recién beatificados José y Wiktoria Ulma y de sus siete hijos.
Familia de beatos
"Que esta Familia de beatos – dijo el Papa
– sea para ustedes y para las familias polacas un modelo de devoción al Sagrado
Corazón de Jesús, cuya imagen, que bendeciré hoy, llevarán en peregrinación a
su archidiócesis".
Michele Raviart – Ciudad del Vaticano
Vatican News