Francisco impondrá birrete cardenalicio a 21 nuevos purpurados, entre ellos tres españoles: José Cobo Cano, Ángel Fernández Artime, y Francisco Javier Bustillo
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La
palabra “crear” es el verbo con el que se define la imposición del capelo
cardenalicio, un termino que según explica la Fundeu, además del sentido más
general de ‘producir o crear algo de la nada’, tiene otro significado más
específico: ‘hacer,
por elección o nombramiento, a alguien lo que antes no era’, especialmente
cuando se trata de dignidades muy elevadas, por lo común eclesiásticas y
vitalicias.
Un
perfil internacional
Siguiendo
la línea marcada en otros consistorios, el Papa ha creado cardenales con perfil
internacional para universalizar la iglesia, renovando el Colegio Cardenalicio
con purpurados de Sudán del Sur, Ciudad del Cabo, Tanzania, Malasia, Hong Kong
o Tierra Santa y tan sólo dos de Italia, el franciscano Pierbattista
Pizzaballa, de 58 años, patriarca latino de Jerusalén; y Claudio Gugerotti, de
67 años, que trabaja en la curia vaticana como prefecto para las Iglesias
Orientales. Italia continúa estando a la cabeza de votantes en un eventual cónclave,
una presencia que eleva el número de los europeos respecto a los otros
continentes. En
la actualidad las tradicionales sedes cardenalicias no disponen automáticamente
de un cardenal al frente, algo que en Italia era habitual, incluso si se
trataba de ciudades pequeñas, por lo que el número de cardenales italianos
siempre ha sido superior al del resto de países del mundo.
A partir de este sábado España “refuerza” el numero de votantes en
un eventual cónclave. Los cardenales españoles menores de 80 años y por lo
tanto con derecho a entrar en un cónclave, son el ex Prefecto de Doctrina de la
Fe, Luis Ladaria, de 79 años; Carlos Osoro, de 78; Fernando Vérgez, de 78;
Antonio Cañizares, de 77 años; Juan José Omella, de 77; y Miguel Ángel Ayuso,
de 71. A ellos se le añaden desde el 30 de septiembre José Cobo, de 57 y Ángel
Fernández Artime, de 62.
El
resto de cardenales españoles trabajan en otros países y por lo tanto el
Vaticano los “contabiliza” dentro de las jurisdicciones territoriales a las que
pertenecen. Son José Luis Lacunza, obispo de David, en Panamá, de 79 años;
Celestino Aós Braco, arzobispo de Santiago de Chile, de 78 años; y el
almeriense Cristóbal López Romero, de 71, obispo de Rabat. A partir del 30 de
septiembre, también entra en la lista Francisco-Xavier Bustillo, de 54 años, al
cargo de una diócesis francesa.
Cardenales
y Consistorios
Las
reuniones del Colegio de Cardenales más importantes son las que tienen lugar en
la Capilla Sixtina cada vez que se elige a un nuevo Papa. A los cónclaves solo
pueden acceder los purpurados con menos de ochenta años en el momento del
fallecimiento del pontífice.
A
los consistorios “extraordinarios” se convoca a los cardenales de todo el
mundo. Algunos no pueden acudir por cuestiones de edad, salud o trabajo. La
frecuencia y duración de los consistorios extraordinarios depende de las
circunstancias y para lo que se convoquen. El último consistorio extraordinario
tuvo lugar el 29 y 30 de agosto de 2022 y estuvo dedicado al análisis de la
constitución Praedicate evangelium.
Para
evitar viajes excesivos y el elevado costo de desplazar a todo el Colegio
Cardenalicio, el papa Francisco creó al inicio de su pontificado un “Consejo de
Cardenales”, formado por uno o dos de cada continente para ayudarlo en el
gobierno de la iglesia y para la reforma de la Curia Romana llevada a cabo
posteriormente con la Praedicate Evangelium. Con la incorporación del cardenal secretario
de Estado, el grupo llegó a contar nueve miembros, que poco a poco bajarían a
seis, pero a día de hoy vuelven a ser 9.
Habitualmente
se reúnen cada dos o tres meses durante tres días completos con el Papa en el
Vaticano, y se comunican entre si el resto del tiempo cuando lo consideran
necesario.
Colegio
Cardenalicio
Los
cardenales de la Iglesia Católica forman el llamado "Colegio
cardenalicio", un
órgano que reúne a todos los cardenales creados por el Papa y cuya principal
misión consiste en proveer la elección de un nuevo Pontífice en caso de un
cónclave y ayudarlo a gobernar la Iglesia colegialmente cuando son convocados
para tratar juntos cuestiones de más importancia.
Con esta nueva hornada de cardenales Francisco supera el límite de
120 purpurados electores que fijó su predecesor Pablo VI. Tras el consistorio
del 30 de septiembre, habrá 137 cardenales electores.
Aunque
uno de los cardenales, Giovanni Angelo Becciu podría ser elector por edad,
renunció a sus derechos cardenalicios en septiembre de 2020, y en estos
momentos afronta un juicio por malversación y abuso de funciones con relación a
inversiones financieras de la Santa Sede en un edificio de Londres. Podría
recuperar sus derechos si es absuelto al final del actual procedimiento si así
lo decide el Papa Francisco.
En
lo que queda de 2023 cumplirán 80 años y por tanto pasarán a ser no electores
los cardenales Patrick D'Rozario (Bangladesh), Sandri (Argentina), Cipriani
(Perú), Andrew Yeom Soo-jung (Corea del Sur) y Jean Zerbo (Mali).
Entre
los que pueden participar en un hipotético cónclave para nombrar al sucesor del
Papa Francisco, nueve fueron creados por Juan Pablo II, 31 por Benedicto XVI y
99 por el actual pontífice. Por tanto, de los candidatos a convertirse en el
próximo Papa, al 72% los ha nombrado Francisco priorizando rincones del mundo
donde tradicionalmente no había habido nunca un cardenal como Burkina Faso,
Tonga, República Centroafricana o Mongolia. Tras el consistorio del 30 de
septiembre habrá 90 países representados de los 5 continentes.
De todos ellos 55 cardenales pertenecen a alguna congregación o
instituto religioso. En el Colegio cardenalicio estarán representadas 27
instituciones religiosas.
La
edad media de todo el Colegio cardenalicio es de 77 años. El cardenal de más
edad es el angoleño Alexandre do Nascimento, con 97 años.yel más joven es
Giorgio Marengo, de 49 años, nacido en junio de 1974.
¿Cómo
es el rito de un Consistorio?
Durante
la ceremonia los cardenales electos reciben el anillo cardenalicio de manos del
Papa y se les asigna a alguna iglesia titular o diaconía.
Tras
la proclamación del Evangelio y la homilía del Papa, el Sumo Pontífice
pronuncia la solemne fórmula de creación de los nuevos cardenales, que es la
siguiente: “Queridos hermanos, estamos a punto para llevar a cabo una agradable
y solemne tarea de nuestro ministerio sagrado. Principalmente se refiere a la
Iglesia de Roma, pero también afecta a toda la comunidad eclesial: vamos a
llamar a algunos de nuestros hermanos para entrar el Colegio Cardenalicio, para
que, quedando unidos con un vínculo más cercano a la Sede de Pedro, se
conviertan en miembros del clero de Roma, y cooperen más intensamente a nuestro
servicio apostólico. Después de haber sido investidos con la sagrada púrpura,
serán testigos valientes de Cristo y su Evangelio en la Ciudad de Roma y en
regiones lejanas. Por lo tanto, por la autoridad del Todopoderoso Dios, de los
santos Pedro y Pablo y nuestra Propia, creamos y solemnemente proclamamos
Cardenales de la Santa Iglesia Romana estos hermanos nuestros ...”
Y
pronuncia el nombre de todos los nuevos cardenales y su título o diaconía.
Después
tiene lugar la profesión de fe y el juramento de los nuevos cardenales con esta
fórmula:
“Yo, N., Cardenal de la Santa
Iglesia Romana, prometo y juro, de hoy en adelante y mientras yo viva,
permanecer fiel a Cristo ya su Evangelio, constantemente obediente a la Santa
Iglesia Apostólica Romana, al Sumo Pontífice Francisco y sus sucesores
canónicamente elegidos; mantenerme siempre en comunión con la Iglesia Católica
en mis palabras y en mis obras; no expresar ninguna de las cuestiones que me
confíen para protegerse y cuya divulgación podría causar daño o deshonra a la
Santa Iglesia; llevar a cabo con gran diligencia y fidelidad las tareas en las
que necesite mi servicio la Iglesia, de acuerdo con las normas de la ley. Así
me ayude Dios Todopoderoso.”
Después
el Papa les impone el birrete cardenalicio y les entrega el anillo
cardenalicio, colocándole en el dedo anular de la mano derecha. También reciben
la bula de su creación y el otorgamiento del título o diaconía.
Al
finalizar reciben un abrazo del Santo Padre mientras les desea que la paz esté
siempre con cada uno, a lo que el cardenal responde “Amén”.
Después
de la ceremonia tendrán lugar las visitas de cortesía a los nuevos cardenales.
Antiguamente se les denominaba visitas "de calor", es decir, de
afecto, porque los cardenales reciben allí las felicitaciones de sus fieles.
Fuente: ECCLESIA
