Don Francisco Cerro ha regalado al Cardenal Primado un cuadro al óleo, obra del pintor malagueño Raúl Berzosa, que pasará a formar parte del patrimonio artístico de la basílica
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Visita a Guadalupe del arzobispo de Toledo. Dominio público |
Este acto de profunda comunión
entre los devotos de ambas apariciones de la Santísima Virgen, unidas bajo una
común advocación, se rubricó en el Monasterio extremeño, bajo la atenta mirada
de la Virgen Morenita de las Villuercas, en el marco de la Santa Misa del
mediodía, a la que asistieron, además de los Arzobispos citados, una docena de
Obispos (entre los que se encontraban todos los de la Provincia Eclesiástica de
Extremadura), y numerosos sacerdotes, religiosos y laicos nacidos a uno y otro
lado del Atlántico.
El hermanamiento entre ambos santuarios tenía como fin “promover
y divulgar el amor a la Beatísima siempre Virgen María, Madre de Dios y Madre
nuestra, invocada en México y en España con este nombre singular: Guadalupe”.
Y los compromisos adquiridos por los arzobispos de México y Toledo, tienden
también al fomento del conocimiento de ambas apariciones entre mexicanos y
españoles.
Para ello, acordaban celebrar el 6 de septiembre, fiesta litúrgica
de la Virgen de Guadalupe, de Extremadura, en la basílica del Tepeyac. Y
celebrar aquí la fiesta de la Virgen de Guadalupe de México el día 12 de
diciembre. Que la Virgen extremeña recibiera culto en la nacional basílica
mexicana y que la santa Tilma con la imagen de santa María sea venerada también
en la basílica de la Puebla de Guadalupe. Y que en ambos santuarios se rece por
los pueblos hermanos de México y España.
La primera parte de este hermanamiento quedó concluida con la
visita de don Carlos Aguiar Retes el pasado mes de febrero, a la basílica
española de Guadalupe, donde celebró la santa misa, firmó el documento de
fraternidad y regaló al santuario una réplica auténtica de la Tilma de san Juan
Diego, en la que aparece milagrosamente reflejada la imagen de la Virgen.
La segunda parte de este
acontecimiento eclesial y de comunión entre los devotos de ambas apariciones se
está cumpliendo ahora con la visita de don Fran- cisco Cerro Chaves al
santuario de la Virgen de Guadalupe de México. Desde fina- les del mes de
agosto, el Arzobispo, acompañado por don Raúl Muelas Jiménez, provicario
general de Toledo, y por don José Alberto Rugeles, vicepresidente del Foro de
Laicos de España, está en México para visitar a la Virgen de Guadalupe en el
santuario del Cerro del Tepeyac, encontrarse con el Cardenal primado de México
y celebrar allí la santa misa. En esta visita, don Francisco lleva como regalo
un cuadro con la imagen de la Morenita de las Villuercas, obra del pintor
malagueño Raúl Berzosa, para que pueda venerarse en el espacio sagrado de la
gran basílica mexicana.
Un momento especial de este encuentro de comunión guadalupense ha
sido la visita que don Francisco Cerro realizó al complejo guadalupano, el 29
de agosto. Allí recorrió la antigua basílica, la capilla de Indios, el templo y
antiguo convento de Capuchinas y la basílica nueva en la se encuentra la imagen
de la Virgen de Guadalupe. El Arzobispo de Toledo tuvo la
oportunidad de acceder al Camarín de la Virgen para rezar junto a la Tilma de
san Juan Diego.
El momento central de la visita fraterna del Sr. Arzobispo de
Toledo a la ciudad de México será la Santa Misa que el Primado de México y él
concelebrarán en basílica de Santa María de Guadalupe, el próximo domingo día 3
de septiembre, a las 12 del mediodía. A esta celebración acudirán también el
cardenal arzobispo emérito de México, monseñor Norberto Rivera, los obispos
auxiliares de la sede metropolitana, varios obispos de diócesis cercanas, el
cabildo de la basílica, el rector de la Universidad Anahuac, Operarios del
Reino de Cristo venidos desde distintos lugares de la república mexicana, los
Heraldos del Evangelio, la encargada de negocios de la embajada y el cónsul
general de España ante los Estados Unidos Mexicanos, así como numerosas
instituciones y fieles que tienen relación con España, con Extremadura y con la
Archidiócesis de Toledo.
Don Francisco Cerro también está aprovechando el viaje a México
para predicar
una tanda de ejercicios espirituales a las Siervas Guadalupanas de Cristo
Sacerdote, visitar el santuario de la Quinta Aparición de
la Virgen de Guadalupe, encontrarse con algunos sacerdotes diocesanos de
Toledo, presidir la Eucaristía del primer sábado de mes en la parroquia de San
José y algunas actividades más de carácter pastoral.
La imagen de la Virgen de las
Villuercas, que se venerará en la mexicana Basílica de Guadalupe.
El Arzobispo de Toledo ha regalado al Cardenal Primado de México,
un cuadro al óleo, de 1 m. x 0,73 m., obra del afamado pintor malagueño Raúl
Berzosa, que pasará a formar parte del patrimonio artístico de la basílica de
la Virgen de Guadalupe, de México.
En el cuadro aparece representada la imagen de la Virgen de Guadalupe. Esta re- producción realista de la imagen de la “Morenita de las Villuercas”, permite reconocer des- de un primer momento a la Patrona de Extremadura y Reina de la Hispanidad: su rostro se- reno y bello, y su inconfundible color caoba..., su mirada materna y su Hijo Jesucristo Niño en el brazo izquierdo.
Mantos únicos
Está ataviada con uno de sus mantos más característicos con la que
tantas veces aparece antes sus fieles: blanco con bordados en oro.
Detrás de la imagen de Nuestra Señora, se alza su santuario
extremeño, que es “casa de María y hogar de sanación”. Y en torno a él, la
Puebla de Guadalupe, localidad que surgió al amparo del primer santuario y que
ha crecido hermosa a lo largo de los siglos hasta convertirse en uno de los
pueblos más bellos de España.
El pintor ha querido que, en el cuadro, a los pies de la imagen de
la Virgen, aparezca la pila bautismal del Real Monasterio, en la que recibieron
las aguas de la regeneración en Cristo los dos primeros indios americanos que
acompañaron a Colón tras su segundo viaje en 1498: Cristóbal y Pedro. La Virgen
de Guadalupe, de España y de México, es luminaria de Evangelización para los
pueblos hermanos.
Arropados por el manto de Nuestra Señora aparecen dos ángeles
niños, que sostienen dos cintas en sus manos. El de la derecha, una tela de
color rojo que hace alusión a la Sangre que nos salva, a la Eucaristía que nos
alimenta y al testimonio que se nos pide hasta dar la vida por Cristo.
El ángel de la izquierda sostiene una tela de color blanco, signo
del bautismo y de la efusión del Espíritu Santo, que nos regala una nueva vida.
Pero también de esa tela blanca salen las rosas de María, como salieron de la
Tilma de san Juan Diego, y aparecen apuntados los rayos que rodean a la sagrada
imagen de Santa María que aparece retratada en el ayate. Guadalupe, un sólo
nombre para dos apariciones distintas de la Madre de Dios.
Los bellos angelitos del cuadro son mestizos, para recordarnos lo
que nos decía el Papa Francisco en el mensaje con el que se unió al
hermanamiento entre ambos santuarios el pasado día 13 de febrero: Guadalupe es “una
advocación milenaria que ya en su raíz etimológica nos habla de mestizaje, de
encuentro con Dios y con los hombres”.
Fuente: ReligiónConfidencial