Las anécdotas de la vida de la Madre Teresa de Calcuta dicen tanto de ella como sus propios escritos y palabras.
![]() |
Foto: Manfredo Ferrari / Wikipedia. Dominio público |
En las páginas de Teresa de Calcuta. La persona pueden
espigarse multitud de anécdotas que protagonizó, en ocasiones más
útiles que mil discursos para dibujar un carácter o la naturaleza de una
misión.
He aquí diez de ellas.
1. La alegría de dar
En cierta ocasión, Madre Teresa supo
de una familia hindú con ocho hijos que no tenía nada para comer. Cogió un poco
de arroz y se lo llevó; los ojos de los niños brillaban de hambre. Su madre
cogió el arroz, lo dividió y salió a la calle con la mitad del recibido. Cuando
regresó y Madre Teresa le preguntó qué había hecho, contestó
simplemente: "Ellos también tienen hambre". "Ellos"
era una familia musulmana vecina. Madre Teresa comentó luego: "Aquella
noche no les di más arroz, pues quería que ellos también pudiesen
disfrutar de la alegría de dar".
2. La caridad, por encima del Papa
El 29 de noviembre de 1964, Madre
Teresa estaba invitada a la ceremonia de apertura del XXXVIII Congreso
Eucarístico Internacional, presidida por Pablo VI en Bombay.
Pero de camino al acto, vio a dos moribundos junto a un árbol, marido y mujer.
Se detuvo con ellos hasta que él murió en sus brazos. Entonces la religiosa
cargó en hombros a la esposa y la llevó a un centro de su congregación. Para
entonces, la ceremonia ya había concluido...
3. Un premio mayor que un millón de
dólares
Cuando un periodista norteamericano
la vio atendiendo a un enfermo con heridas hediondas, le dijo que él no haría
eso ni por un millón de dólares. "Por un millón de dólares tampoco lo
haría yo", respondió Madre Teresa.
4. A los del "rollo
social"
5. Planchazo a un funcionario hostil
Un día la Madre Teresa acudió a
solicitar una ayuda al edificio principal de la administración del estado de
Bengala Occidental en Calcuta. El funcionario reaccionó de una manera muy hostil
y humillante a la solicitud. Pero más tarde, el superior jerárquico de
ese funcionario estudió la solicitud y decidió acogerla.
Cuando ella fue a recibir la suma
concedida, el funcionario displicente le espetó: "Este dinero es para
usted". A lo que ella respondió inmediatamente: "No, este dinero es
para los pobres. Para mí era su comportamiento del otro día".
6. "Sin María no hay
Jesús"
Estando en Holanda, un protestante
que la visitó junto con su esposa le comentó que, en su opinión, los católicos
le daban excesiva importancia a María. "Sin María no hay Jesús",
replicó ella muy en su línea, breve y de lógica elemental. Debió hacer pensar a
su interlocutor, porque días después recibió una hermosa postal suya con el
siguiente texto: "Sin María no hay Jesús".
7. Pasajera de lujo
En sus viajes por la India, llevaba
consigo una gran imagen de la Virgen de Fátima, casi de tamaño natural, que le
habían regalado. Una vez la colocó en el tren en el asiento contiguo, y el
revisor quería hacerle pagar el billete a Nuestra Señora. Madre Teresa le
explicó que su pase gratuito de los Ferrocarriles Indios era para ella y una
acompañante... y que ésa era su acompañante ese día. El agente
insistió: las estatuas no hablan, y por tanto no hacen compañía.
"Pues yo le hablo y ella me escucha. Y a veces ella me habla y yo
la escucho a ella". El revisor se dio por vencido.
8. Objetivo Berlín
Madre Teresa había hecho el voto de
seguir inmediatamente la voluntad del Señor nada más conocida, de forma que no
dejaba pasar ni un minuto. Así que, cuando en septiembre de 1980 se fue al
Berlín Oriental a abrir la primera casa de la orden en un país comunista, la
hermana que debía quedarse sólo tenía permiso para 24 horas. Ambas empezaron a
recitar su oración de intercesión preferida (el Acordaos,
dirigido a la Virgen María). Cuando llevaban ocho, sonó el teléfono: le
habían concedido el visado para seis meses.
9. Novenas exprés
Una mujer de acción como la Madre
Teresa no hacía las novenas en nueve días, sino en uno solo, repitiendo diez
veces el Acordaos. ¿Por qué diez? Daba por descontado que la
petición iba a ser atendida y añadía una repetición adicional, la
décima, en concepto de acción de gracias anticipada.
10. Mucho más que preconciliar
Un teólogo que visitaba a las
misioneras de la Caridad consideraba sus enfoques espirituales y pastorales
propios de tiempos anteriores al Concilio Vaticano II. Al despedirse de ellas,
no pudo reprimir el decírselo: "Lo que están haciendo ustedes es
admirable, pero teológicamente están en hace doscientos años". La
respuesta de Madre Teresa fue instantánea: "Peor aún. En hace
dos mil años".
C. L.
Fuente: ReL