Muchos santos sugieren pasar un periodo prolongado de tiempo en oración después de recibir la Sagrada Comunión en la Misa
![]() |
Halinskyi Max - Shutterstock |
Al final de la Misa, la mayoría de nosotros tenemos varios
compromisos y responsabilidades que nos impiden quedarnos en la iglesia para
permanecer en oración. Viviendo en un mundo acelerado, es difícil hacer
una pausa de unos minutos para dar gracias a Dios por el regalo de la Sagrada
Comunión.
Sin embargo, muchos santos han alentado la práctica piadosa de
permanecer en oración por un tiempo prolongado después de comulgar el cuerpo de
Cristo.
En 1980 la Congregación para los Sacramentos y el Culto Divino publicó
un documento, Inaestimabile
donum, que animaba a permanecer en la oración:
Se recomienda a los fieles que no omitan hacer una acción de gracias apropiada después de la Comunión. Pueden hacerlo durante la celebración con un tiempo de silencio, con un himno, salmo u otro canto de alabanza, o también después de la celebración, si es posible quedándose a orar durante un tiempo adecuado. Inaestimable donum , 17
1. ¿CUÁNTO TIEMPO DEBES PERMANECER EN ORACIÓN?
No hay una cantidad de tiempo “oficial” para permanecer en
oración. Los santos a lo largo de los siglos han recomendado una variedad
de opciones.
San Josemaría Escrivá escribió:
«Si nuestra acción de gracias fuera proporcional a la diferencia entre el don y
nuestros merecimientos, ¿no deberíamos convertir todo el día en una Eucaristía
continua, en una acción de gracias continua? No abandones la iglesia casi
inmediatamente después de recibir el Sacramento. Seguro que no tienes nada tan
importante entre manos que no puedas dedicar 10 minutos a Nuestro Señor para
darle las gracias. Amor con amor se paga».
San Pedro Julián Eymard tenía una sugerencia
similar: «Los momentos más solemnes de tu vida son los que pasas en acción de
gracias, cuando el Rey del cielo y de la tierra, tu Salvador y tu Juez, está
ante ti, plenamente dispuesto a concederte todo lo que le pidas. Dedica media hora,
si es posible, a esta acción de gracias o, por lo menos, quince minutos. Más
que abreviar tu acción de gracias, sería mejor, si es necesario, acortar tu
preparación; porque no hay momento más santo, más saludable para ti que cuando
posees a Jesús en tu cuerpo y en tu alma».
Otros santos estaban una hora entera
después de la Sagrada Comunión, saboreando cada minuto pasado con Jesús en el
Santísimo Sacramento.
Por mucho tiempo que dures en oración, da
gracias a Dios por su presencia en la Eucaristía y deja que su amor inunde tu
alma.
Philip Kosloski
Fuente: Aleteia