CONSEJOS PARA SANTIFICARTE MIENTRAS ESTÁS EN EL TRÁFICO

Al salir de casa, mucho tiempo se nos va en el tráfico, por eso hay que aprovechar la oportunidad que se nos presenta para santificarnos en el trayecto

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Manejar o subirse al transporte público es toda una aventura a la que nadie puede sustraerse, pues casi todos los días tenemos la necesidad de trasladarnos al trabajo, a la escuela o a cualquier destino fuera de casa, y, muchas veces, por la lejanía o por ahorrar tiempo, no podemos hacer el trayecto a pie.

En estos trayectos, puede ser que nos toque que, el vehículo en el que vamos, se atore en el tráfico; sobre todo si vivimos en ciudades grandes. O bien, cuando la distancia por recorrer es tanta, pasamos varias horas en el transporte antes de llegar a nuestro destino. 

Es por eso que Aleteia tiene una propuesta para aprovechar el tiempo en estas circunstancias, y a la vez, ejercitarnos en la piedad y en la paciencia en vistas a santificarnos.

Cómo santificarse en el tráfico

Si eres de las personas que dicen que no tienen tiempo para rezar, te tenemos una buena noticia: trasladarse en coche o en camión es una valiosa oportunidad para hacerlo.

Bendice el camino

Antes de comenzar tu traslado, bendice el camino para que Dios sea tu compañero de viaje en todo momento.

Disfruta el silencio

Son pocas las ocasiones en las que se puede estar en silencio, esta es una de ellas, a pesar del tráfico, así es que aprovéchala para escuchar lo que Dios te quiere decir.

Reza el rosario

El santo rosario se puede rezar en todo momento, y si estás atrapado en el tráfico, es una ocasión formidable para recitarlo sin prisas y meditando cada misterio.

Evita las ofensas

Si vas manejando, es probable que te encuentres con situaciones que te pueden poner en riesgo de ofender a los demás, practica la paciencia y la caridad cristiana bendiciendo al otro.

Respeta las leyes

Uno de los deberes del cristiano es respetar la ley de los hombres, si no conoces el reglamento de tránsito, estúdialo para que no cometas ninguna infracción, por tu seguridad y la de tus prójimos.

Mónica Muñoz

Fuente: Aleteia