«LAS OMP NO SON UNA AGENCIA DE DISTRIBUCIÓN DE FONDOS»

La misión de las OMP es «ser signo del corazón de Cristo»

Francisco con la Asamblea General Anual de las OMP.
Foto: Vatican Media
En un sábado cuajado de compromisos, Francisco se ha reunido con los participantes en la Asamblea General Anual de las Obras Misionales Pontificias que comenzó el 31 de mayo en Roma y cuyos trabajos concluyen el 6 de junio. 

La delegación estaba encabezada por el cardenal Luis Antonio Tagle, proprefecto del Dicasterio para la Evangelización, y el arzobispo Emilio Nappa, presidente de las Obras Misionales Pontificias desde noviembre del pasado año. 

En su discurso, Francisco les ha propuesto detenerse a reflexionar sobre el carisma y la misión de las Obras Misionales Pontificias a partir de la certeza de que «quien se deja atraer por el amor de Cristo, convirtiéndose en su discípulo, siente también el deseo de llevar a todos la misericordia y la compasión que brotan de su corazón».

La misión de las OMP es «ser signo del corazón de Cristo»

Por ello, les ha invitado a contemplar ese corazón de Cristo para descubrir «la grandeza del proyecto de Dios para la humanidad». En ese corazón «podemos descubrir la medida infinita del amor del Padre» quien «nos levanta cuando caemos y nos hace renacer de la muerte». 

El Papa ha indicado que ese amor es el que Jesús nos ha enseñado a lo largo de su vida y que se concreta «en su compasión por los que estaban heridos; su conmoción ante el dolor; la misericordia ungiendo a los pecadores; su inmolación por el pecado del mundo». «Nos ha manifestado el corazón de Dios, como el de un Padre que siempre nos espera, nos ve desde lejos y viene a nuestro encuentro con los brazos abiertos; un Padre que no rechaza a nadie, sino que acoge a todos; que no excluye a ninguno, sino que llama a todos», ha dicho Francisco. Así, la misión de las OMP es «ser signo del corazón de Cristo y del amor del Padre abrazando al mundo entero», «ofrecer nuestra vida por todos sin excluir a nadie».

A continuación, el Pontífice ha recordado el impulso que ha querido dar a este Dicasterio, hasta junio pasado la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, a través de la constitución apostólica Praedicate Evangelium, como «instrumentos para promover la responsabilidad misionera de cada bautizado y para apoyar a las nuevas Iglesias particulares». Por eso, ha insistido en que las OMP «no son una mera agencia de distribución de fondos para los necesitados de ayuda, sino una realidad llamada a sostener la misión evangelizadora de la Iglesia universal y de las Iglesias locales y a alimentar el espíritu misionero en el Pueblo de Dios».

Los ha animado además a fomentar, «en comunión y fraternidad», el espíritu y la responsabilidad misionera de todos los bautizados, especialmente ahora, en los países de tradición cristiana marcados ahora «por una grave crisis de fe y necesitan una renovada evangelización y conversión pastoral». Y, por último, les ha dado las gracias por su servicio «lejos de los reflectores y en medio de muchas dificultades».

Fuente: Alfa y Omega