Gracias a Fundación CARF, Jeevan se forma para llevar el Evangelio a un contexto de persecución
Jeevan. Dominio público |
Hoy, a sus 25 años, el
joven relata a Fundación CARF como un encuentro "providencial"
con un sacerdote y casi clandestino debido a la persecución contra los
conversos por el hinduismo se convirtió en su última esperanza de hallar el
consuelo y la paz.
Todo
empezó cuando en pleno duelo, la madre viuda, Parvati, empezó a ir a una iglesia
protestante siguiendo a unos familiares lejanos buscando la ayuda que
todos le negaban. Algo que, como relata el mismo Jeevan, no estaba exento de
amenazas. Entonces, si el padre de familia se enteraba de la conversión de uno
de los miembros de su familia, "se le separaba de ella y no le permitían entrar en su casa".
No
son los únicos riesgos de la conversión en la India, país que ocupa el puesto
número 11 de la lista mundial de cristianos perseguidos de Puertas Abiertas. Según esta organización
de ayuda a los cristianos perseguidos, los que más peligro corren son los conversos del hinduismo,
como era el caso de Parvati y Jeevan, pudiendo enfrentar desde la exclusión
social y familiar hasta las agresiones
e incluso la muerte.
La
pérdida de prestaciones gubernamentales, del empleo o las denuncias falsas por
incumplir las leyes anticonversión son solo algunas formas en que son
perseguidos con impunidad.
Un encuentro providencial que llevó al
bautismo
Por
entonces, tanto Parvati como Jeevan desconocían que hubiese católicos y
protestantes, pensaban que solo había "cristianos" a secas.
Sin
ningún tipo de partidismo, no les resultó difícil ser bautizados tras encontrarse "providencialmente" con un
sacerdote , Abraham, en 2005. Parvati, que hasta entonces se llamaba
como la mujer de Shiva según la mitología hindú, pasó a llamarse María.
Familia
y casta desaprobaron su
conversión y hoy, casi dos décadas después, toda su familia sigue
siendo hinduista.
Jeevan, seminarista, con su madre María, "fundamental" para cumplir su vocación. |
Ahora,
madre e hijo no estaban solos. Y aunque las dificultades persistían, también en
lo económico al ser ella el único sustento, el joven recuerda aquellos años con
una felicidad inmensa,
recibió una buena educación y sobre todo, creció en la fe.
"He
aprendido mucho de sus prácticas piadosas y de sus valores morales",
reconoce.
Bautizado con 7 años y
"llamado" con 13
Precisamente
la piedad y el amor de su madre a la Santa Misa despertó en Jeevan desde muy temprano la idea de ser
sacerdote, que le trasladó con 13 años.
"Ella
acogió con alegría mi deseo, pero me pidió que me tomara un tiempo y
reflexionara porque era demasiado joven para tomar una decisión tan grande. Sin
embargo, esa idea seguía en mi corazón mientras iba creciendo", afirma.
En
este sentido, su madre tuvo "un papel fundamental" en su vocación, tanto en su reflexión como en
llevarla a cabo: "Realmente le agradezco su valiente paso de ofrecer a su único hijo al
servicio del Señor en una situación realmente complicada para una
mujer en India, que ya ha perdido a su marido y que ahora vive sola sin su hijo
cerca de ella".
Grandes
dificultades y pruebas superadas
Una vez en el seminario, las dificultades no
desaparecieron, especialmente a la hora de aprender y ponerse al día con las
asignaturas, en la adaptación a una cultura y religión completamente diferentes
de las que provenía o por el hecho de dejar su hogar.
Durante 3 años realizó el curso de
discernimiento para el sacerdocio mientras terminaba sus estudios en Eluru, al
oeste de Andhra Pradesh, supero todas sus dificultades y la nostalgia dio paso
a un deseo cada vez más
fuerte de ser sacerdote.
Los propios formadores sometieron su vocación a
un tiempo de prueba, recomendándole tomarse un tiempo de descanso de sus
estudios para el sacerdocio y acompañar a su madre viuda en casa para discernir
con fortaleza. Un periodo arduo y difícil, pero que sirvió para fortalecer su
vocación.
Agradecido a Fundación
CARF: "Espero hacerlo lo mejor posible"
Pasado un tiempo, recibió una invitación del
seminario para ingresar de nuevo. Después de dos años de licenciatura en Filosofía en
Visakhapatnam, su obispo, Mons. Rayarala Vijay Kumar, le ofreció proseguir sus estudios de Teología en Roma,
que realiza hoy gracias a la ayuda de Fundación CARF.
"Nunca se me había pasado por la cabeza
que pudiera llegar a estudiar en Roma, la ciudad eterna. Pero Dios sabe más y lo hace todo,
así que llegué a Italia en agosto de 2022", relata feliz.
Una vez asentado en el Collegio
Ecclesiastico Internazionale Sedes Sapientiae, también tuvo que
hacer frente a la barrera del idioma, para lo que completó dos meses de curso
intensivo de italiano. Conforme pasaban los meses, todo resultaba más sencillo.
"En cuanto a los estudios, el primer
semestre ha significado para mí un gran esfuerzo, ya que ¡no solamente hay que
dominar el italiano en la vida diaria, sino que también y sobre todo en los
estudios teológicos! Pero este semestre ya es distinto y espero hacerlo lo
mejor posible", concluye.
Fuente: ReL