Demandadera
Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor.
Que pases un feliz día.
Hace unos meses que nuestra demandadera Clara
estaba enferma. Ayer nos avisaron que se ha ido con el Señor, ha nacido a la
vida verdadera.
Te preguntarás: ¿qué es una demandadera en un
monasterio? Es una persona destinada para hacer los recados nuestros fuera del
convento, ya que nosotras, al ser contemplativas de clausura papal, no salimos
a hacerlos. Ella se ocupaba de ir al médico a por recetas, después a la
farmacia, compraba el pan, el pescado, la carne, iba al supermercado, iba a
correos y todo lo que necesitábamos.
Lo que más la caracterizaba era el servicio.
Todas las mañanas, a las 10 de la mañana, ya estaba tocando el timbre de una
forma especial que todas sabíamos que era ella, y feliz con sus encargos se
marchaba a hacerlos. Nunca encontraba dificultad en las cosas. Para ella, el
servicio era amor. Pero primero la veíamos cada mañana en Misa con nosotras,
daba igual si llovía, hacía frío o calor. Ella, a las 8:00 de la mañana,
entraba a la capilla y se ponía en su quinto banco. Allí es donde cogía toda la
fuerza para luego servir con alegría.
En el servicio aprendes a mirar a las personas
a los ojos, a ver el valor que tienen, no te pones por encima de ellos.
Descubres la grandeza de la generosidad porque implica un acto desinteresado de
amor hacia el otro. En el servicio no esperas ninguna recompensa del otro. Amas
porque tú antes te has sentido amado por el Señor. Y devuelves ese amor. El
servicio crea un impacto positivo en las personas porque te sientes amado de
una manera desinteresada.
Hoy el reto del amor es hacer dos actos de
servicio a alguien que sepas que lo necesita, pero de una manera totalmente
desinteresada, solo mirando a tu meta que es Cristo. Uno de ellos puede ser
orar por Clara.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
22 mayo 2023
Fuente:
Dominicas de Lerma