Trabajo nocturno
Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor.
Que pases un feliz día.
Eran las 10:30 de la noche. El lunes tenía que
entregar un trabajo y, aunque estaba el fin de semana por delante, calculé que,
si me quedaba un ratito trabajando, luego podría ir más relajada.
“Solo hasta las 11”, me prometí.
Desde mi celda se oye muy bien el campanario,
así que, para concentrarme al máximo, quité todos los aparatos electrónicos y
guardé el reloj.
Confieso que ese rato me cundió una barbaridad.
Todo iba como la seda, ¡¡estaba avanzando muchísimo!! Pero poco a poco empecé a sentirme cansada… y la media hora empezó a
saberme a eternidad…
En ese momento caí en la cuenta de que, por la
noche… ¡¡¡el campanario no toca!!! Mejor no te digo la hora que era…
¡Qué rabia me dio! Había construido todos mis
planes fiándome del campanario, pero él había desaparecido, ¡y todo se vino
abajo!
De pronto me vino a la cabeza que Jesús dice
que Él es la roca firme… ¡Cómo me tocaron esas palabras!
Sobre esta Roca sí que nos podemos apoyar, sí
que podemos construir no una noche, sino toda nuestra vida. Porque sabemos bien
que el Resucitado no nos va a dejar tirados, no va a desaparecer. Si dice que
está, ¡¡está siempre!! “Él permanece fiel”.
En la vida no faltan dificultades, situaciones
que nos llevan al límite… Jesús nunca dijo que eliminaría eso de nuestro
camino. Pero prometió darnos la mano en todo momento, pasarlo con nosotros. Por
eso san Pablo exclama: “Sé en quién he puesto mi fe”.
Hoy el reto del amor es confiar. Cristo siempre
actúa en nuestra vida, a veces de la forma que menos esperábamos, pero Él
aparece siempre. En tu rato de oración, saborea esta gran verdad: el Resucitado
no va a desaparecer, está contigo… juntos siempre. ¡¡Somos unos privilegiados!!
¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
09 mayo 2023
Fuente:
Dominicas de Lerma