EL PAPEL DE LA MUJER EN LA LUCHA CONTRA EL HAMBRE Y LA POBREZA

Las mujeres siguen teniendo dificultades en el mundo laboral, especialmente en la agricultura, pero su contribuciĆ³n es importante para el crecimiento social

La conferencia en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma 

AsĆ­ se debatiĆ³ ayer en la Gregoriana, donde un seminario de estudio analizĆ³ la contribuciĆ³n de la mujer a la seguridad alimentaria. Marcella Villarreal, FAO: las zonas rurales necesitan igualdad de oportunidades

Las mujeres pueden hacer una gran contribuciĆ³n en la lucha contra el hambre en el mundo si se les ofrece mĆ”s espacio en el sector agrĆ­cola y se protege su trabajo. Las que se dedican a la agricultura representan una cuarta parte de la poblaciĆ³n mundial, pero tienen dificultades para acceder a la tierra, el crĆ©dito y los mercados, y su trabajo no suele ser reconocido ni remunerado. De ello se ha hablado en la Pontificia Universidad Gregoriana, donde se ha celebrado el seminario de estudio "Mujeres y seguridad alimentaria: un vĆ­nculo que reforzar", organizado por la Facultad de Ciencias Sociales de la misma Universidad, junto con la MisiĆ³n Permanente de la Santa Sede ante la FAO, el IFAD y el PMA y el Foro de Roma de Organizaciones No Gubernamentales de inspiraciĆ³n catĆ³lica.

El trabajo de las mujeres puede aumentar el bienestar social 

Entre las diversas intervenciones destacĆ³ la de Marcela Villarreal, Directora de la DivisiĆ³n de Asociaciones y ColaboraciĆ³n con la ONU en la FAO, que hablĆ³ sobre el papel de la mujer en la lucha contra el hambre y que explicĆ³ a Vatican News la importancia del trabajo femenino, especialmente en la agricultura, sobre todo en Ɓfrica y Asia. Villarreal explica cĆ³mo el hambre en el mundo ha aumentado rĆ”pidamente en los Ćŗltimos aƱos debido a factores econĆ³micos, al cambio climĆ”tico y a diversos conflictos. TambiĆ©n influyen las desigualdades entre mujeres y hombres en el acceso a los recursos productivos, especialmente en el sector agrĆ­cola. "Hoy estamos convencidos", explica, "de que si consiguiĆ©ramos esta igualdad, el hambre en el mundo podrĆ­a disminuir hasta en cien millones de personas". "En todas las zonas rurales del mundo", aƱade, "el trabajo compromete a hombres y mujeres, aunque el trabajo de las mujeres sea a menudo ignorado e invisibilizado por las estadĆ­sticas y las polĆ­ticas. AsĆ­ pues, si realmente queremos erradicar el hambre del planeta, tenemos que asegurarnos de que "hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades en las zonas rurales y, sobre todo, el mismo acceso a los recursos productivos de la agricultura, en primer lugar la tierra".

En la lucha contra el hambre, ¿quĆ© aportaciĆ³n especĆ­fica hacen las mujeres?

Lo primero es su trabajo en la agricultura: sin mujeres no tendrĆ­amos agricultura en el mundo ni alimentos. En segundo lugar, cuando las mujeres tienen un trabajo y unos ingresos, esto se traduce inmediatamente en un mayor bienestar para toda la familia y especialmente para la alimentaciĆ³n de los niƱos, que es uno de los mayores problemas hoy en dĆ­a. Un niƱo desnutrido tiene grandes dificultades para ir a la escuela y aprender, ademĆ”s de tener pocas oportunidades en la vida. Cuando una mujer obtiene un salario justo por su trabajo en la agricultura, los beneficios sociales son inmediatos.

Las mujeres suelen tener dificultades para acceder a la tierra, al crĆ©dito, al mercado, ¿cĆ³mo protegerlas?

Las mujeres necesitan polĆ­ticas hechas especialmente para ellas, porque no basta con aumentar el crĆ©dito en las zonas rurales, ya que casi siempre son los hombres, y no las mujeres, quienes tienen acceso a Ć©l, teniendo en cuenta que en muchas regiones del mundo a las mujeres no se les permite salir de casa ni hablar con extraƱos. Si las polĆ­ticas para aumentar el crĆ©dito en las zonas rurales tuvieran en cuenta estas limitaciones de las mujeres, proporcionĆ”ndoles facilidades especĆ­ficas, y si las mujeres pudieran disponer del mismo crĆ©dito que los hombres, la situaciĆ³n cambiarĆ­a inmediatamente de forma favorable para todos. Necesitamos, por tanto, polĆ­ticas que piensen en esto, y luego, por ejemplo, polĆ­ticas de asistencia tĆ©cnica a la producciĆ³n agrĆ­cola. Pensemos en paĆ­ses como AfganistĆ”n, donde, como FAO, tenemos muchos programas, pero la ayuda llega mĆ”s o menos a un tercio de la poblaciĆ³n. Si no podemos enviar hombres a las zonas rurales para hablar con las mujeres y ofrecerles asistencia tĆ©cnica, debemos enviar mujeres. AquĆ­, sĆ³lo enviando mujeres a dar asistencia tĆ©cnica a las mujeres rurales mejorarĆ­a inmediatamente la situaciĆ³n, la de las mujeres, la de la producciĆ³n agrĆ­cola y la de la seguridad alimentaria. AsĆ­ se reducirĆ­a el hambre. Entonces, teniendo en cuenta las diferencias, las limitaciones, los aspectos contextuales de cada una de nuestras polĆ­ticas para el sector agrĆ­cola, podrĆ­amos mejorar la situaciĆ³n.

¿Existen proyectos a nivel internacional?

Nosotros, como Fao, tenemos muchos, hablamos del empoderamiento de la mujer. Las mujeres tambiƩn tienen que hacer oƭr su voz, consultando tambiƩn a las mujeres sobre cuƔles pueden ser sus necesidades, conseguimos mejores polƭticas. El objetivo es reducir las diferencias entre mujeres y hombres en el acceso a los recursos productivos, incluida la tierra, pero tambiƩn al crƩdito. Nuestros proyectos van dirigidos a apoyar a los gobiernos para que puedan hacer polƭticas que beneficien a las mujeres y, por tanto, a la sociedad en su conjunto; luego tenemos otros proyectos que se ocupan del acceso al crƩdito, y otros que se ocupan del fortalecimiento de las capacidades productivas de las mujeres a pequeƱa escala.

¿CuĆ”les son los paĆ­ses en los que las mujeres tienen mĆ”s dificultades y aquellos en los que la FAO encuentra mĆ”s obstĆ”culos?

Me viene inmediatamente a la mente AfganistĆ”n, como ya he mencionado, donde los talibanes han prohibido trabajar a las mujeres, no sĆ³lo a las afganas, tambiĆ©n a las que trabajan para las ONG, que llevan ayuda. Luego hay otros paĆ­ses donde no hay tales obstĆ”culos, pero encontramos polĆ­ticas que no favorecen a las mujeres. Las constituciones de casi todos los paĆ­ses hablan de igualdad entre los ciudadanos, algunas leyes garantizan la igualdad de acceso a la tierra, pero de hecho esto no sucede. AsĆ­ pues, hay paĆ­ses en los que hay obstĆ”culos evidentes, paĆ­ses en los que no se reconoce la importancia del papel de la mujer y otros en los que simplemente no hay apoyo.  En todos los paĆ­ses hay obstĆ”culos y dificultades, mĆ”s aĆŗn en continentes como Ɓfrica y Asia, pero en todos los paĆ­ses hay desigualdades que deben corregirse con polĆ­ticas adecuadas.

Tiziana Campisi - Ciudad del Vaticano

Vatican News