La figura de Juliana es particularmente relevante, señala el Pontífice, por su generosidad al acoger a quienes buscaban consejo y aliento espiritual
Juliana de Norwich (Matt Brown) |
En una carta al obispo de East Anglia, Peter
Collins, enviada con motivo del 650 aniversario de las Revelaciones de la
mística inglesa, Francisco recuerda la generosidad de la mujer hacia los
necesitados y reza para que todos aquellos que afrontan los apremiantes
desafíos de la guerra, la injusticia, el desastre ecológico o la pobreza
espiritual, se sientan consolados y fortalecidos por la sabiduría de esta mujer
Cercanía espiritual la que expresa el Papa Francisco
en una carta enviada al reverendo Peter Collins, obispo de East Anglia,
Inglaterra, con motivo del 650 aniversario de las Revelaciones de Juliana de
Norwich, que pusieron en movimiento a peregrinos de todo el mundo hacia las
catedrales católica y anglicana de la ciudad inglesa para participar en las
diversas celebraciones ecuménicas.
Una mística al servicio de los
necesitados
El Papa subraya que "el profundo significado de
esta mística inglesa para la tradición cristiana nos habla desde todos los
siglos y es cada vez más reconocido y celebrado". En particular, señala:
Su influencia materna, su humilde anonimato y sus
profundas intuiciones teológicas nos recuerdan que la fe en la providencia
amorosa de Dios y la santidad de vida, expresadas en el servicio generoso a
nuestros hermanos y hermanas necesitados, son verdades atemporales que
sostienen no sólo la vida del discipulado cristiano, sino también el tejido
mismo de una sociedad justa y fraterna.
Un estímulo para los cristianos de
hoy
La figura de Juliana es particularmente relevante,
señala el Pontífice, por su generosidad al acoger a quienes buscaban consejo y
aliento espiritual.
Esta disponibilidad a sacrificar la autocomplacencia
por el bien de los demás es particularmente necesaria para responder a los problemas
endémicos de aislamiento y soledad que sienten muchos en las naciones
materialmente más ricas del mundo. En este sentido, espero que, a través de una
mayor apreciación de la vida de la madre Juliana, los cristianos de hoy se
sientan animados a seguir cada vez más fiel y gozosamente el ejemplo de Jesús,
el que vino "no a ser servido, sino a servir".
Confianza en el bien, contra toda
guerra e injusticia
El mensaje de la misericordia y la compasión de Dios
revelado a la madre Juliana es vital para los tiempos actuales, explica
Francisco, subrayando que, en las Revelaciones del Divino Amor, nos llega la
preciosa enseñanza de que, a pesar de la presencia del mal en medio de
nosotros, "todo irá bien".
En este sentido, rezo para que todos aquellos que
afrontan los acuciantes desafíos de la guerra, la injusticia, el desastre
ecológico o la pobreza espiritual se sientan reconfortados y fortalecidos por
estas perdurables palabras de sabiduría.
Las Revelaciones: un texto de gran
profundidad teológica y espiritual
Era el 8 de mayo de 1373 cuando, tras una serie de dieciséis visiones en las que el amor de Dios por la humanidad revelado en la pasión de Cristo una joven de Norwich recobró la plena salud física después de una grave enfermedad que la había dado por moribunda. Durante veinte años, la mujer se dedicó a reflexionar sobre el significado de la misteriosa experiencia que había tenido. El resultado fue el libro de las Revelaciones del amor de Dios, el primero escrito por una mujer en lengua inglesa, páginas impregnadas de un profundo conocimiento de las fuentes bíblicas y patrísticas, así como de la literatura medieval. La mística vivió como anacoreta cerca de la iglesia de San Julián, en Conisford. Por ello será conocida por la posteridad como Juliana de Norwich. Murió hacia 1417 y permaneció en gran parte desconocida hasta principios del siglo XX, cuando se redescubrió la versión breve de sus Revelaciones y se apreció su profundidad teológica y su mensaje espiritual, entre los más evangélicos y profundos de toda la Edad Media.
Antonella
Palermo - Ciudad del Vaticano
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