Cuidado con las trampas en las “autopistas digitales”
“Hacia una plena presencia” es el documento del
Dicasterio para la Comunicación que ofrece una reflexión pastoral sobre la
implicación de las personas en la esfera digital y pretende iniciar un diálogo
sobre cómo hacer más humano este ecosistema.
"Hacia una plena
presencia" es el título del documento del
Dicasterio para la Comunicación publicado este lunes 29 de mayo. Su
objetivo es promover una reflexión común sobre la implicación de los cristianos
con los medios sociales, que cada vez forman más parte de la vida de las
personas. Inspirado en la parábola del buen samaritano, pretende iniciar una
reflexión compartida para promover una cultura del "amor al prójimo"
también en la esfera digital.
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web dedicado a este documento haciendo clic aquí.
En el contexto de las redes
sociales, donde los individuos son a menudo consumidores y mercancías, esta
reflexión pastoral busca una respuesta basada en la fe. Esta respuesta comienza
con el discernimiento de los estímulos que recibimos y con la escucha
intencional. La atención, junto con el sentido de pertenencia, reciprocidad y
solidaridad, son los pilares para construir un sentido de unidad que, en última
instancia, debería fortalecer a las comunidades locales, permitiéndoles
convertirse en motores del cambio. Convirtiéndonos en "tejedores de
comunión" mediante la creatividad del amor, podemos imaginar nuevos
modelos basados en la confianza, la transparencia y la inclusión, aprendiendo a
estar presentes al estilo de Dios y llevando la marca del testimonio.
Cuidado con
las trampas en las “autopistas digitales”
La revolución digital ha creado
oportunidades, pero también plantea retos. El documento señala varias trampas
que hay que evitar al recorrer las “autopistas digitales”. Desde la reducción
de los usuarios individuales a consumidores y mercancías, hasta la creación de
"espacios individualistas" que se dirigen a personas de ideas afines
o fomentan comportamientos extremos, el viaje por el entorno en línea es uno en
el que muchos se han visto marginados y perjudicados. Para los cristianos, esto
plantea la siguiente pregunta: ¿cómo podemos hacer del ecosistema digital un
lugar de intercambio, colaboración y pertenencia, basado en la confianza mutua?
Del
conocimiento al verdadero encuentro
Convertirse en "prójimo"
en el entorno de las redes sociales comienza con la disposición a escuchar,
sabiendo que quienes nos encontramos en línea son personas reales. Incluso en
un entorno caracterizado por la "sobrecarga de información", esta
actitud de escucha intencionada y apertura de corazón nos permite pasar de la
mera percepción del otro a un auténtico encuentro. Podemos empezar a reconocer
a nuestro prójimo digital, dándonos cuenta de que su sufrimiento nos afecta.
Nuestro objetivo es construir no solo “conexiones”, sino encuentros que se
conviertan en relaciones reales y fortalezcan las comunidades locales.
Del encuentro
a la comunidad
En nuestro viaje por las
“autopistas digitales”, podemos encontrarnos con otros con un espíritu de
espectador indiferente o con un espíritu de apoyo y amistad. En este último
caso, nosotros -que unas veces somos el buen samaritano y otras el herido-
podemos empezar a ayudar a curar las heridas creadas por un entorno digital
tóxico. Necesitamos reconstruir los espacios digitales para que se conviertan
en entornos más humanos y saludables. Al mismo tiempo, podemos ayudar a que
estos entornos sean más capaces de fomentar comunidades reales, basadas en el
encuentro encarnado que es indispensable para quienes creen en la Palabra hecha
carne.
Un estilo
distintivo
Los cristianos aportan a las redes
sociales un "estilo" distintivo, un estilo de compartir que tiene su
origen en Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros con sus palabras, sus
obras, su alma y su cuerpo. Él nos enseñó que la verdad se revela en la
comunión y que la comunicación también brota de la comunión, es decir, del
amor. La presencia de los cristianos en los medios digitales debe reflejar este
estilo, para comunicar información veraz de forma creativa, de un modo que
brote de la amistad y construya comunidad. Este estilo hará uso de las
historias; ejercerá su influencia en línea de manera responsable, a medida que
los cristianos se conviertan en "tejedores de comunión"; será
reflexivo, no reactivo; será activo en el fomento de actividades y proyectos
que promuevan la dignidad humana; y será sinodal, ayudándonos a abrir nuestros
corazones y a acoger a nuestros hermanos y hermanas.
Testimoniar en
el mundo digital
Esta presencia
de los cristianos en los medios sociales también llevará la marca del
testimonio. Los cristianos no están ahí para vender un producto o hacer
proselitismo, sino para dar testimonio. Están ahí, es decir, para confirmar,
con sus palabras y sus vidas, lo que otro -Dios- ha hecho, creando una comunión
que nos une en Cristo. Tanto si el cristiano se encuentra a veces como el
herido, a veces como el samaritano, o como ambos, sus encuentros ocasionales en
las redes sociales se convierten en encuentros con un prójimo cuya vida le
concierne y, por tanto, con el Señor. De este modo, la comunicación permite
vislumbrar la comunión que hunde sus raíces en la Santísima Trinidad y que es
nuestra verdadera "tierra prometida".
Vatican News