Las autoridades tendrán acceso al número de teléfono móvil de todos los usuarios del sistema. Se escudan en las sospechas de fraude, una acusación frecuente contra las comunidades clandestinas
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Foto: AFP/Peter Parks |
Mientras se
celebra la Jornada de Oración por la Iglesia en China, el Gobierno comunista
del gigante asiático ha dado un paso más para controlar a los creyentes. Se
trata del lanzamiento, un día antes, de un sistema de verificación y una base
de datos online para los clérigos musulmanes, católicos y
protestantes. Las autoridades aseguran que su finalidad es afrontar supuestos
fraudes por parte de «falsos clérigos».
Según
informa UCA News, ya en febrero se puso en marcha un sistema
similar para los monjes budistas y taoístas. La base de datos recoge
información relevante de los líderes religiosos, desde su nombre y sexo hasta
su confesión, su número de registro y fotos. Los ciudadanos pueden consultarla
para verificar la identidad y cargo de los clérigos registrados ante las
autoridades.
Pero para
acceder a ella, los usuarios tienen que identificarse con su número de
teléfono, añade AsiaNews, lo que ofrecerá a las autoridades otra vía
de control. Los datos los irán actualizando tanto las organizaciones religiosas
controladas por el Estado —como la Asociación Católica Patriótica o la
Asociación Islámica de China— como la propia Administración Estatal de Asuntos
Religiosos, vinculada al Partido Comunista.
Esta medida es
similar a la que implantó en marzo la Comisión Provincial para Asuntos Étnicos
y Religiosos de la provincia de Henan. Allí, todos los fieles que quieran
participar en las celebraciones de su iglesia, mezquita o templo deberán
registrarse a través de una aplicación móvil con su nombre, número de teléfono,
número de identificación persona, dirección, ocupación y fecha de
nacimiento. También están obligados a registrarse los peregrinos católicos que este
mes de mayo quieren visitar el santuario de Nuestra Señora de Sheshan, en
Shangái, cuya fiesta se celebra precisamente el 24 de mayo.
Supuestos
fraudes
Según la
agencia de noticias pública Xinhua, la base de datos es un instrumento útil
para «mantener un orden religioso normal, salvaguardando una transmisión sana»
del contenido religioso. También se supone que ayudará a los creyentes a
identificar a «falsos» monjes, imanes, sacerdotes, pastores y obispos,
«protegiendo el interés público» y los derechos e interés de los
ciudadanos.
La agencia
afirma que, recientemente, ha habido varios casos de monjes falsos que
intentaban lucrarse de forma fraudulenta. Esto ha «desacreditado gravemente la
imagen de la comunidad religiosa, perturbando el orden público y perjudicando
la salud, los recursos económicos y la propiedad de los ciudadanos, con un
impacto social extremadamente negativo».
Esta acusación
de fraude, explica AsiaNews, es «una de las herramientas de persecución
empleadas contra las iglesias caseras», como se conoce a las congregaciones
protestantes no registradas. Es una forma más de limitar toda actividad
religiosa fuera de las oficiales. También es una forma de proyectar sospechas
sobre las comunidades clandestinas. Por ejemplo, el China Christian Daily informó
el lunes del arresto de tres mujeres cristianas en Suining. Se las acusa de
aprovechar su trabajo en un banco para ayudar a la gente a hacer transferencias
a entidades cristianas.
Iglesias
cerradas
Grupos en
defensa de los derechos humanos como ChinaAid han mostrado su preocupación por
la posibilidad de que este movimiento sea otro intento de ejercer un control
aún mayor sobre los grupos religiosos reconocidos oficialmente. Estas comunidades
están controladas por organismos gubernamentales y exigen que todos sus líderes
estén registrados. Las religiones no admitidas, como el Falun Gong y la Iglesia
de Dios Todopoderoso, son brutalmente perseguidas.
En los últimos
tiempos, se ha agravado la persecución de los grupos no registrados, también de
los cristianos. Como recoge UCA News, cientos de iglesias han sido
cerradas y las autoridades han arrestado a docenas de cristianos miembros de
iglesias caseras. También se han cerrado colegios y orfanatos católicos,
acusados de «adoctrinar» a los niños «ilegalmente».
Fuente: Alfa y
Omega