FRANCISCO: JESÚS VINO A TOMAR LA REALIDAD TAL COMO ERA Y LLEVARLA ADELANTE

El Santo Padre se reunió con los niños en el Instituto Beato Lászlo Batthyány-Strattmann, de Budapest

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En su mensaje improvisado en italiano, el Pontífice les agradeció la acogida, la ternura, los cantos y los gestos.

El segundo día del viaje apostólico del Papa Francisco en Hungría, este sábado 29 de abril, comenzó temprano, a las 7:00, con la santa misa en privado en la Nunciatura Apostólica. Luego, el Pontífice se desplazó hacia el Instituto Beato Lászlo Batthyány-Strattman, una entidad que acoge a niños ciegos y con discapacidades motrices. A ellos el Sucesor de Pedro dedicó una visita privada esta mañana, en un acto muy emotivo que alternó cantos de los pequeños con palabras del director, György Inotay, quien eligió la oración franciscana de la paz. En su mensaje, agradeció a Francisco por "fortalecernos en la fe, la esperanza y el amor fraterno con su visita". 

Tras seguir los himnos con atención, el Obispo de Roma pronunció unas palabras improvisadas en italiano:

"Muchas gracias a todos por su acogida y su ternura. Gracias por sus cantos, sus gestos, sus ojos. Gracias, señor director, porque ha querido comenzar este acto con la oración de San Francisco, que es un programa de vida. Porque siempre el santo pide la gracia de que donde no hay algo puedo hacer algo, cuando falta algo puedo hacer algo. En un caminar desde la realidad tal como es, llevarla adelante, hacer caminar la realidad. Y esto es puro Evangelio. Jesús vino a tomar la realidad tal como era y llevarla adelante. Hubiera sido más fácil tomar las ideas, las ideologías, y llevarlas adelante sin tener en cuenta la realidad. Este es el camino evangélico, este es el camino de Jesús. Y esto es lo que usted, señor Director, ha querido expresar con la oración de San Francisco. Gracias. Y gracias a todos".

El repertorio musical ejecutado incluyó, entre otros, el Ubi Caritas, un canto del amor fraterno, que siempre ha acompañado el rito del lavatorio de los pies. El texto, que data del siglo VIII y se atribuye a San Paulino de Aquilea, es toda una exhortación a la unidad entre los cristianos. La historia de Paulino, que nació en Cividale hacia el año 730, está estrechamente ligada al proyecto cultivado por Carlomagno para unificar Europa (con el apoyo del Papa y bajo el signo de la Cruz de Cristo): fue el primer proyecto real en la historia de unidad europea, entendida también en sentido cultural.

En el intercambio de regalos, el Papa regaló al director del centro una imagen de María Desatanudos. Por su parte, el Pontífice recibió una bandolera azul y blanca, colores elegidos para recordar a su patria natal, la República Argentina, y tenía, además, el amarillo y el blanco evocando los colores del Vaticano. También le obsequiaron un rosario amarillo y blanco, con una cruz tau de madera de fresno tallada por el propio director del instituto.

Antes de dejar la institución, el Pontífice recorrió las instalaciones y saludó brevemente a los empleados.

El instituto está situado en el distrito 12 de la capital, se trata de un edificio con varias plantas que puede acoger a niños ciegos y con discapacidades motrices gracias a la presencia de profesionales de la salud mental, el equipamiento educativo y fisioterapéutico más moderno, una piscina y un gimnasio.

La institución siempre estuvo dirigida por la Hermana Anna Féher -la "Madre Teresa de Hungría", como la llamaban en los ochenta- hasta su muerte en 2021. Esta religiosa era pedagoga, también era discapacitada visual y fue la última religiosa húngara de la Orden de las Hermanas de Santa Isabel de Hungría.

La labor del Instituto, gracias a la determinación y el compromiso de Sor Ana, un compromiso vivido con fe, esperanza y amor en medio de tantas persecuciones y dificultades, ha conseguido dar nuevas esperanzas y oportunidades a tantos niños con discapacidad.

Al salir del Instituto esta mañana, el Papa Francisco se detuvo para saludar individualmente a un grupo de unos 100 niños y jóvenes de una parroquia vecina, dedicada al beato Laszlo, que le esperaban con oraciones y cantos a lo largo del camino. Junto a ellos estaban algunos residentes locales.



Sebastián Sansón Ferrari

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