Ha empezado este lunes, en la sede de la Conferencia Episcopal Española, su 121ª Asamblea Plenaria, con un discurso inaugural del cardenal Omella y un mensaje del Nuncio, el filipino Bernardito Auza.

Asamblea Plenaria de la CEE. Dominio público
"El reto más importante que tenemos ahora es despertar en las
multitudes de laicos la vocación que han recibido de Jesucristo para que,
unidos a Él, ejerzan su misión de ser sal y luz para el
mundo, de ser la levadura que transforme la sociedad para hacerla
más humana, digna y fraterna".
En
su discurso ha
alabado el papel de la familia ("el ámbito más adecuado en el que
cada persona llega a ser genuinamente humana y puede desarrollarse"), la educación con sentido ("y
no sucedáneos ideológicos programados con otros intereses") y "la
importancia de acompañar la
vida humana, la vida de cada persona, en todas las fases de su
existencia, desde su concepción hasta su muerte natural, aumentando los
cuidados cuando la vida es más vulnerable".
También planteó el "cheque
escolar" como una posible herramienta para las familias y
escuelas.
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Una nueva "Primavera del Espíritu"
El
cardenal animó a Evangelizar desde la alegría de la Pascua. Nuestro mundo,
dijo, “necesita que los cristianos vivamos, con humildad y sin complejos, el
gozo Pascual, regalo del Resucitado”.
"Creemos
que estamos viviendo el
inicio de una nueva primavera del Espíritu", aseguró Omella. Los
obispos en zonas urbanas, dijo, constatan "creciente anhelo de Dios". Si la
secularización fue del mundo urbano al rural, “esperamos“ que el deseo de Dios
que emerge en las ciudades llegue también al mundo rural.
Para
evangelizar, el cardenal Omella anima a leer los “Cuadernos del Concilio” con
los que el Dicasterio para la Evangelización acerca –en 34 cuadernillos- las 4
Constituciones del Vaticano II.
También
recomienda a los laicos el nuevo documento "El Dios fiel mantiene su
alianza", que es una referencia a la encíclica Christifideles laici, en la
que San Juan Pablo II señala ocho ámbitos en la que los cristianos deben estar
presentes evangelizando.
Tres acciones que el cardenal pide a los
laicos
Omella,
a partir de esos textos, anima a los laicos a trabajar tres temas principales:
1.
Proponer la familia como
fuente de cohesión social y de vida;
2. Promover un sistema educativo
gratuito que respete la libertad de los padres a la educación de sus
hijos, sabiendo que la Iglesia defiende "la libertad que tienen los padres
de educar a sus hijos en
conciencia según sus valores” (como recogen la Constitución en su artículo
27 y también la Declaración de Derechos Humanos). Incluye una buena educación
afectivo-sexual. Y plantea Omella: "¿No podría ser el cheque escolar la verdadera neutralidad y
libertad que pedimos a la Administración competente?"
3. Acompañar la vida humana desde su
concepción hasta su muerte natural, aumentando los cuidados cuando la
vida es más vulnerable. Son situaciones “de especial vulnerabilidad” el inicio
de la vida; los refugiados e inmigrantes; la enfermedad mental; la ancianidad;
y el final de la vida. “Es una grave equivocación” plantear que “eliminar una
vida humana pueda ser solución para algún problema”. Pidió "alternativas
reales y ayudas económicas significativas para que las madres que afrontan,
muchas veces en soledad, un embarazo inesperado, no tengan que recurrir al aborto”.
Pidió
además analizar "el
alarmante aumento de suicidios, de manera especial entre los más
jóvenes" y expresó el rechazo de los obispos "a la ley que regula la
eutanasia", pidiendo "una ley
integral de cuidados paliativos y de ayudas dignas
a la dependencia que, contando con los recursos necesarios, permita
acompañar de manera verdaderamente humana a las personas en la fase final de su
vida”.
También
animó a los medios de comunicación "a dar una amplia cobertura" a la Jornada Mundial de la
Juventud de Lisboa, que tiene lugar del 1 al 6 de agosto.
Mensaje del Nuncio: devoción popular,
cuidado al migrante
Bernardito
Aúza, Nuncio del Papa, recordó la muerte de Benedicto XVI, recordando que
visitó España en tres ocasiones como Papa.
Alabó la importancia de
la devoción popular en España, que ha podido vivir tras la pandemia en
las calles de Madrid, Andalucía y Murcia. "Las imágenes sagradas, tan
queridas por los fieles y cuidadas por las diversas cofradías, han vuelto de
nuevo a centrarnos a todos en lo esencial del anuncio del Evangelio: “Cristo
muerto por nuestros pecados y resucitado para nuestra salvación".
Se
trata, dijo, "de una valiosa
catequesis kerigmática por las calles, enriquecida por la expresiva belleza
de las imágenes sagradas. La piedad religiosa, como nos recuerda el Magisterio,
constituye un patrimonio
vivo de la fe, una teología popular que nos lleva a todos, también a los indiferentes, a una realidad
que simultáneamente nos supera y llena nuestros corazones".
También
habló de "los dos
Visitadores Apostólicos a los Seminarios en España, Mons. Arturo Fajardo,
Obispo de Salto y Presidente de la Conferencia Episcopal del Uruguay, y Mons.
Milton Tróccoli, Obispo de Maldonado-Punta del Este-Minas", que
finalizaron su visita a los seminarios de toda España. Asegura que, entre los
obispos españoles, "la grandísima mayoría, si no todos, me han expresado profundo
aprecio por la simpatía y la bondad de los dos Visitadores Apostólicos".
Alentó
los esfuerzos contra los abusos a menores y en defensa de los derechos de las
familias y escuelas católicas, el apostolado del Mar, los "corredores de hospitalidad" que
preparan las diócesis españolas "y las iniciativas al socorro de los
migrantes y refugiados, que están muy en el centro de la solicitud del Santo
Padre".
También
recordó que desde el 29 de marzo la Iglesia ha renunciado "a las exenciones del Impuesto sobre
construcciones, instalaciones y obras (ICIO), y a las exenciones por
contribuciones especiales, en el marco del principio compartido por el Estado y
la Iglesia Católica en esta cuestión como es el de mantener el principio de igualdad respecto de los
beneficios fiscales reconocidos a las entidades sin ánimo de lucro privadas,
según el régimen fiscal previsto en la ley de mecenazgo".
P. J. Ginés
Fuente: ReL