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Philippe Lissac / GODONG |
700 años, 800
años, 900 años e incluso casi 1000 años… Algunas órdenes religiosas se
encuentran entre las organizaciones más antiguas del mundo. Entre intuición
fundacional y reglas de vida, oración y trabajo, disciplina y fraternidad,
¿cuál es el secreto de su larga duración?
¿Existe una
forma de vida religiosa común que garantice una longevidad de 700, 800, 900
años? ¿Cuál es la fórmula que da resultados tan impresionantes?
Muchos
investigadores han investigado esta cuestión analizando de cerca las órdenes
religiosas más antiguas.
Como, por
ejemplo, un monasterio benedictino de Engelberg (Suiza) fundado en 1120, que
fue objeto de un estudio de Emil
Inauen, de la Universidad de Zurich, sobre la influencia del gobierno
monástico en su capacidad de supervivencia.
Otros
científicos han comparado la diferencia en el modo de funcionamiento entre las
órdenes contemplativas (los cistercienses) y las órdenes predicadoras (los dominicos). Y han
estudiado su potencial de longevidad gracias en particular a sus
mecanismos de gobierno.
Los que están
definidos por las reglas de la vida monástica (incluyendo la Regla de
San Benito o la de San Agustín) constituyen verdaderos tesoros de
sabiduría.
Y como pueden
ser una verdadera fuente de inspiración para la vida cotidiana de todo
cristiano, también lo son para la gestión empresarial.
Tesoros de
sabiduría
En este
sentido, y teniendo en cuenta el inevitable desgaste del tiempo, ¿tienen
todavía mucho futuro los benedictinos, franciscanos, premonstratenses, dominicos…?
«¡Sí, así lo
creo!», responde a Aleteiael hermano Dominique-Marie Dauzet. Es autor de una
monumental historia de la orden premonstratense, que celebró su 900 aniversario
en 2021:
«Hoy, la vida
comunitaria en la Iglesia provoca una verdadera atracción, tanto entre los
jóvenes atraídos por el sacerdocio o la vida religiosa, como entre los mismos
obispos. Pero la convivencia sin regla y sin autoridad es complicada.
La orden, que
comenzó como una «nueva comunidad» en 1121, está impregnada de la sabiduría de
900 años de convivencia, enriquecida por la experiencia de lo que ha funcionado
y lo que no ha funcionado bien».
Dominique-Marie
Dauzet pone el ejemplo de la constitución de los premonstratenses,
constantemente revisada según la evolución del derecho eclesiástico. Porque así
ofrece una garantía de funcionamiento equilibrado, con sus órganos de
control y regulación.
«Es toda la fuerza y la debilidad de la orden hoy: la amistad fraterna en la vida común, el apostolado y la liturgia, con una forma de exigencia monástica», concluye.
Marzena
Wilkanowicz-Devoud
Fuente: Aleteia