La luz de la Navidad
Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Mª Jesús nos lleva al
Señor. Que pases un feliz día.
Faltaban unos 3 minutitos para empezar la
Eucaristía del domingo. Los domingos tenemos en la Iglesia la Misa porque viene
bastante gente. El sacerdote ya estaba revestido para salir… La organista
enchufa el órgano para entonar el canto de entrada y… nada que no suena… no se
enciende el órgano.
Piensa: algo está mal enchufado; rápidamente
desenchufa todo, vuelve a enchufar y… nada que no se enciende. Primeros
nervios, ¿Qué hacer? Cambia de enchufe al más cercano y nada, algunas hermanas
se acercan mientras el reloj de la torre empieza a dar las 11.
“Traed la fuente de alimentación del otro
órgano, a ver si es eso”. . Volando lo traen y… nada que no se enciende. Ya no
podemos hacer esperar más y cantamos a capela toda la Misa. Gracias a Dios, sin
acompañamiento, pero salió con dignidad. Se ha debido estropear el órgano, es
lo que concluimos.
Cuando en silencio pensaba esta anécdota el
Señor me hizo ver la importancia del discernimiento. ¡Qué importante es el
discernimiento para todo! Qué necesario es conocer el motivo, la raíz o la
fuente, por el que hacemos las cosas, la causa que provoca ciertas actuaciones
nuestras: contestar rápidamente, casi sin reflexión, callar con enfado, ser
impacientes, etc. puede tener el origen en un dolor de cabeza, en un juicio
interno, en un recuerdo pasado…
Dios sabe qué tenemos que nos hace estar
desajustados y por eso necesitamos discernir de dónde procede porque si solo
miramos los síntomas, estos vuelven una y otra vez. ¿Por qué me pone nerviosa
esta persona, o esta situación? ¿Por qué soy menos tolerante en unos casos de
lo que soy normalmente?... Según su procedencia así será nuestra actuación para
que sea eficaz, como con el órgano. No hay que cambiar la cara, poner una
sonrisa y ya. Hay que encontrar la procedencia del desajuste, como nos pasó con
el diferencial, ¿qué hace diferente cada gesto?... el amor que Dios pone en
nuestro interior. ¿Por qué no sale ese amor? ¿Con qué lo tengo sepultado?
¿Cuándo se bajó mi diferencial?
Dios sabe qué tenemos y por eso hemos de acudir
al Señor a pedirle que nos dé luz. Vamos sencillamente a decirle qué nos pasa
en un ratito de oración, le pedimos que nos ilumine con su Espíritu Santo y
escuchamos a Jesús. Él es la Palabra que se ha encarnado: Nos estamos
preparando para recibirle. Viene con su Luz, por eso los adornos principales de
este tiempo son de luz: Velas, luces de colores… Quiere iluminar todo en
nuestra vida. Él te conoce y te
ama.
Hoy el reto es que cuando te admires de las
luces que adornan las calles, que adornan los escaparates, que adornan el Belén
de tu casa o el árbol, por dentro pidas la Luz del Espíritu Santo para acoger a
Jesús en tu vida e irradiar amor.
VIVE DE CRISTO
27 diciembre 2022
Fuente: Dominicas de Lerma