Capítulo 12: DEL PROVECHO DE LAS ADVERSIDADES
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Dominio público |
Bueno es que padezcamos a veces contradicciones y que sientan de
nosotros mal e imperfectamente, aunque hagamos bien y tengamos buena intención.
Estas cosas de ordinario ayudan a la humildad y nos defienden de la vanagloria.
Porque entonces mejor buscamos a Dios por testigo interior, cuando por de fuera
somos, despreciados de los hombres, y no nos dan crédito.
2. Por eso debía uno afirmarse de tal manera en
Dios, que no le fuese necesario buscar muchas consolaciones humanas. Cuando el
hombre de buena voluntad es atribulado, o tentado, o afligido con malos pensamientos;
entonces conoce tener de Dios mayor necesidad, experimentando que sin EI no
puede nada bueno. Entonces también se entristece, gime y ora a Dios por las
miserias que padece. Entonces le es molesta la vida larga, y desea hallar la
muerte para ser desatado de este cuerpo y estar con Cristo (Filip., l; 3).
Entonces también - conoce que no puede haber en el
mundo perfecta seguridad ni cumplida paz.
Fuente: Catholic.net