Quizá no sea tan lógico
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| Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al
Señor. Que pases un feliz día.
Desde que estamos con los calendarios, cada día
hay una herramienta que utilizamos mucho: la carretilla. Es muy útil, porque
trasladar cajas pesadas del almacén hasta la sala de trabajo se hace totalmente
ligero y fácil. ¿Podríamos trasladarlas a mano? Perfectamente, pero sería un
poco absurdo que optemos por echar fuerza en algo en lo que no es necesario
teniendo esta ayuda… Es lógico, ¿verdad? Pues este ejemplo me valió ayer de
mucho.
Hay días en que parece que confluye todo, y que
uno comienza a organizarse el día desde primera hora casi minuto a minuto:
“primero esto, después aquello, que no se me olvide esto otro…”.
Pues ayer me sucedió esto: que si me tocaba la
limpieza de los baños, también fregar en la cocina, después lavado de hábitos,
sin olvidarme de algunas cosas importantes en el trabajo y, al final de la
mañana, visita… ¿Llegaría a todo?
Bueno, pues sí, según mi organización y
planteamiento, una cosa detrás de otra, iba a poder con todo. Sin embargo, nada
más comenzar con la primera tarea, una hermana se hizo la encontradiza conmigo
diciéndome: “¿Te puedo echar una mano?”.
Mi planteamiento interno era si dejarme ayudar
o no. Porque en realidad dejarse ayudar a veces puede hacernos sentir débiles,
que no podemos con todo, o como si no fuésemos capaces de llevar a cabo todas
nuestras responsabilidades. ¡Qué gran engaño se esconde detrás de ello! Se me
presentaba “la carretilla” en forma de hermana y, ¿no la iba a usar?
Al final, accedí y sé que ella tomó parte de
las cosas que me tocaban hacer y las hizo encantada. Qué alivio sentí y qué
contenta me puse porque había sido un regalo. Contar con los hermanos es
también contar con el Señor, porque en realidad es Él quien te los pone para
aliviar tu carga.
Él cada día sale a nuestro encuentro de mil
maneras. Todo lo nuestro es importante para Él, también nuestra organización,
hasta las cosas más sencillas. Y si le dejamos, Él se valdrá de instrumentos
para que todo fluya de otra manera: a Su manera.
Al final, dejarse guiar por el Señor es tener
como único motor el amor. Las cosas pueden salir mejor o peor, pero, cuando
apuestas por el Amor, están al estilo del Señor.
Hoy el reto del amor es no tener miedo a
dejarse ayudar. Es mucho más difícil que ayudar, porque supone abrirse al otro
y no tratar de buscárselas uno mismo. Realmente es todo un reto, ¿lo aceptas?
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
24 noviembre 2022
Fuente:
Dominicas de Lerma
