¿Está el demonio tras tu alma? ¿Cómo saberlo? Una iluminadora meditación del escritor Claudio de Castro
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«El demonio conoce mi alma enferma y me seduce mostrándome como posible lo que deseo»
P. Carlos Padilla
He sentido una urgencia vital por
escribirte de este tema. Y es que ya poco nos hablan
del pecado, el demonio, el infierno. Como si fuese un tema que es mejor no
mencionar para no herir susceptibilidades.
Pero es una realidad que no podemos obviar. Es conocido el caso
del penitente que se confesó con el Padre Pío y se dio este diálogo:
—Padre Pío, no creo en el infierno.
—Ya creerás cuando te encuentres allí.
Vivimos absortos en este mundo, olvidando
nuestra alma inmortal. Alimentamos nuestros cuerpos, hacemos
ejercicios para fortalecerlos, les damos placeres mundanos. Y nuestras almas…
las llevamos desnutridas, llenas de pecados, sin imaginar el triste destino que
nos espera de no cambiar nuestros hábitos y actitudes.
«Orad y haced sacrificios»
Me gusta mucho repetir y recordarte, amable lector, la dolorosa
solicitud que la Virgen hizo en Fátima (agosto de 1917) a Jacinta Marto, a su
hermano Francisco y a su prima Lucía Dos Santos, los niños pastores, para advertir a la humanidad de la tragedia
que estamos viviendo:
Vivimos sumergidos en las tentaciones -es
inevitable- y dependemos de nuestra fortaleza espiritual para vencerlas. Las
Sagradas Escrituras en 1 Corintios 10, 13 nos
advierten para que no estemos desprevenidos:
«De hecho,
ustedes todavía no han sufrido más que pruebas muy ordinarias. Pero Dios es
fiel y no
permitirá que sean tentados por encima de sus fuerzas. En el momento de la
tentación les dará fuerza para superarla«
En mi caso las grandes tentaciones
tienen su historia y motivo. No son de
casualidad. Llegan sin que las espere, de golpe, tratando de encontrarme
desprevenido. Casi siempre cuando tengo serias dificultades y descuido la
oración. Qué gran casualidad. ¿Te ocurre igual?
Podemos vencer
Puedo vencer esas fuertes tentaciones, muchas veces a punto de
caer, porque valoro muchísimo mi estado de gracia como
un tesoro que se me dio para custodiar, y tengo conciencia de ello.
La oración constante fortalece el alma
igual que los sacramentos y la lectura de la Biblia.
Me aferro a la cercanía de Jesús que
siempre me tiende su mano de hermano para sacarme adelante, y a los cuidados de
nuestra Madre del cielo, la Inmaculada Concepción, la siempre Virgen María, que
me cuida y protege con esmero y ternura.
A veces cuando sé que puedo caer, y siento flaquear mis fuerzas,
acudo a María, nuestra Madre celestial.
Le pido su ayuda rezando el Rosario o rezo con fervor esta
bella oración que mi mamá nos enseñó de niños a mis hermanos y a mí, compuesta
por la sierva de Dios sor María Romero:
El demonio te está tentando
El demonio (qué
astuto es) te quiere sacar del camino y sumergirte en el pecado y la
desesperación.
Sabe que un pequeño pecado, que parece insignificante, es
la puerta de entrada a otro más grande.
Y así se va hasta que consigue su meta y cometes un pecado mortal
y te alejas de Dios, pierdes su amistad y quedas vulnerable a todo lo que venga
detrás.
Te haré una pregunta: ¿cuál es tu
mayor tentación? ¿Te animas a luchar contra ella para superarla? Te
ayudamos a reflexionar sobre ello y a descubrirlo con este maravillo escrito de
Padre Carlos Padilla en Aleteia. No te lo pierdas, es
magnífico.
Puedes ganar
No te preocupes. Al final, todos
somos probados. Es parte de la vida. Lo importante es no caer y si caes,
levantarte rápido con una buena confesión sacramental.
El maligno te desprecia y te odia como jamás podrías imaginar. No
soporta que hayas sido creado a imagen y semejanza de Dios, que vivamos en Dios
y que el Padre celestial nos ame.
Se pregunta indignado cómo puede Dios amar a una creatura
que él considera insignificante.
Es curioso: el papa Francisco es uno
de los Papas que más ha hablado del demonio y nos pide que nos
cuidemos, recemos por nosotros, nuestras familias y la Iglesia. Ha dicho:
«Satanás no es una cosa difusa, es una persona». «Con Satanás no
se puede dialogar porque es más inteligente que nosotros».
El demonio te conoce bien, te ha estudiado y
golpea sutilmente tu debilidad. Si no puede contigo, te crea
dificultades para desanimarte y que abandones la oración.
Si dejas de rezar estás perdido. El alma
como el cuerpo tiene sus defensas, si las pierdes, caes en la enfermedad o el pecado.
Reza y confiésate bien
Antes de seguir, quiero comentarte algo que cambiará tu
perspectiva del pecado. Vi una charla del padre Javier Olivera Ravasi. La dio
en Colombia en octubre del 2022. La encontré de casualidad y no pude dejar de
verla hasta el final.
Me sorprendió porque es un tema que en la Iglesia casi no
escuchamos. Créeme, te va a encantar, no tiene desperdicio. 100% recomendada.
Sus palabras enganchan y edifican. Te aseguro que si dedicas unos minutos a
verla, cambiará tu perspectiva de la vida. Te dejo el enlace:
Estimado lector, ánimo, a ser santo para Dios.
¿Serías tan amable de rezar por
nosotros en Aleteia? Rezaremos
por ti.
¡Dios te bendiga!
Claudio de Castro
Fuente: Aleteia