Desatando nudos
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al
Señor. Que pases un feliz día.
“Cuando tengamos que deshacer este nudo… ¡nos
vamos a acordar!”. Este fue nuestro comentario mientras anudábamos unas cintas,
de la Virgen del Rosario, a las andas que la sostenían.
Ante mi inseguridad de novata, preferí optar
por la seguridad y nos ocupamos de que aquello estuviera bien anudado.
Y, efectivamente, cuando después de la fiesta
llegó el momento de volver a desmontarlo todo, nos acordamos de aquello.
Mientras intentábamos desatar los nudos,
comentábamos que la clave es saber de qué extremo tirar. Si tan solo te dedicas
a tirar y tirar, no se arregla, sino más bien se empeora. Pero si das con el
extremo correcto, ya tienes el nudo suelto.
Aquello me valió para la oración. Porque muchas
veces en nuestro lenguaje cotidiano decimos que tenemos un nudo en el estómago,
o que sentimos que algo nos ata… y le preguntaba al Señor cuál era el “extremo”
del que hay que tirar para desatar esos “nudos”.
¡Vivir desde el agradecimiento y la alabanza!
Es verdad, porque la acción de gracias te saca de ti mismo, y comienzas a abrirte
al don de Dios. Es sumergirse en Su corriente de amor, y experimentar Su amor
es lo que deshace cualquier nudo, por fuerte y enredado que esté. La alabanza
eleva tu mirada hacia el que sabes que te cuida, y te empuja a despreocuparte
de lo tuyo abandonado en la confianza. Y es entonces cuando todo lo que antes
veías como un “enredo”, se deshace.
Hoy el reto del amor es vivir el día dando
gracias por los pequeños detalles. Hoy, como es natural, sentirás en varias
ocasiones que se te viene encima ese “nudo”… rompe toda atadura liberando tu
corazón con la acción de gracias y la alabanza. Es Él quien desata todos los
nudos de nuestra vida, “porque para Él nada hay imposible”.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
06 octubre 2022
Fuente:
Dominicas de Lerma