Jordi Sabaté, enfermo de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que rechaza la eutanasia, se ha encadenado durante unas horas para reclamar al Gobierno de España que active la Ley que permitiría vivir con dignidad a los enfermos terminales por esta afección.
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Jordi Sabaté, junto a miembros de Derecho a Vivir en la Delegación del Gobierno en Barcelona. Crédito: Derecho a Vivir |
Respaldado por la plataforma Derecho a Vivir, el también conocido youtuber,
ha querido llamar así la atención de la delegada del Gobierno en Barcelona,
donde vive Sabaté, para que le recibiera para poder trasladar su mensaje.
Hoy nos hemos encadenado frente la Delegación del Gobierno en Barcelona para pedir el desbloqueo de la #LeyELA.
Hemos conseguido reunirnos con la Delegada @MariaEugeniaGay y su equipo
Están trabajando en una comisión para poner en vigor
puntos de la Ley.
El pasado 21 de julio de 2022, Sabaté entregó en la Delegación del Gobierno
en la Ciudad Condal más de 20 mil peticiones para que se active lo
previsto por la Ley ELA, pero María Eugenia Gay se negó tan siquiera
a saludarle, aun estando en el edificio.
“Me siento humillado, indignado y maltratado”, comentó Sabaté a través de
su redes sociales en aquella ocasión.
Finalmente, en el día de hoy la delegada del Gobierno aceptó reunirse con
Sabaté, aunque los detalles del encuentro aún no son públicos.
La ELA en España
Cada año, unas mil personas son diagnosticadas de esta enfermedad en
España, que no tiene cura. La Ley ELA se aprobó después de una intensa
movilización social.
En la petición promovida por Derecho a Vivir, el propio Sabaté explica que
“como no existen ayudas de ningún tipo, muchas veces mueren por falta de
recursos”.
La Ley ELA prevé el reconocimiento de un 33% de discapacidad en el momento
del diagnóstico de la enfermedad, que suele conllevar un plazo máximo de vida
de entre 3 y cinco años.
También reconoce a estos enfermos la atención preferente para que reciban
los recursos técnicos y humanos que requiere su situación. Así, se les asegura
la atención especializada 24 horas, la fisioterapia y ayuda domiciliaria a
cargo del presupuesto público.
El caso de Sabaté es realmente excepcional. Casi ocho años después de ser
diagnosticado, vive gracias al esfuerzo económico de sus familiares, con cuatro
personas contratadas que le acompañan las 24 horas, con un coste mensual
cercano a los 6.000 dólares.
“Todos vamos a morir, y los enfermos de ELA seguramente antes que los
demás, pero eso no significa que no podamos vivir dignamente”, explica en la
campaña impulsada por Derecho a Vivir.
Durante la tramitación en 2021 de la Ley de eutanasia, Jordi Sabaté se
mostró contrario a la norma y defendió que “la muerte nunca es la solución para
un enfermo ni para nadie” porque, según su experiencia, “la gran mayoría de los
enfermos quieren vivir, pero por falta de recursos y esperanza se ven obligados
a morir”.