Francisco recibió a los Padres de Schönstatt con motivo del Capítulo General y les instó a dar respuestas a las preocupaciones de los hombres y mujeres de nuestro tiempo: "Muchos matrimonios en crisis, jóvenes tentados, ancianos olvidados, niños que sufren”.
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Participantes en el Capítulo General de los Padres de Schönstatt (Vatican Media) |
El Papa Francisco
recibió a los padres de la comunidad de Schönstatt, movimiento mariano católico
nacido en Alemania en 1914, con motivo del Capítulo General, y les pidió que
dieran una respuesta a las luchas y angustias del pueblo.
Saludo al nuevo Superior General
Antes del discurso, íntegramente en español, el Papa saludó al
nuevo superior general, el padre Alexandre Awi Mello, elegido el 21 de agosto.
Durante cinco años el religioso brasileño fue Secretario del Dicasterio para
los Laicos, la Familia y la Vida. Un servicio por el que Francisco expresó su
gratitud: "Fue mi secretario en Aparecida, luego mi guía en Río de Janeiro
y después mi secretario aquí. Gracias, por su colaboración durante estos años
en comunión con el Sucesor de Pedro, en beneficio de toda la Iglesia. Le deseo
un ministerio fructífero en esta nueva responsabilidad que se le ha
confiado".
Portadores de esperanza
Un agradecimiento, el Papa Francisco, se dirige también a toda
la comunidad:
“Ustedes,
queridos hermanos, prestan un hermoso servicio a la Iglesia y al mundo,
especialmente acompañando a las familias en los diversos acontecimientos y
vicisitudes que atraviesan, anunciando a todos sus miembros la belleza de la
‘Alianza de Amor’ que el Señor ha establecido con su pueblo. Hoy hay muchos
matrimonios en crisis, jóvenes tentados, ancianos olvidados, niños que sufren.
Ustedes son portadores de un mensaje de esperanza en estas situaciones oscuras
por las que pasa cada etapa de la vida”
"Esto -añadió el Papa, distanciándose del texto escrito- va
un poco de la mano de este expolio de los valores humanos, un saqueo que hacen
salvajemente las colonizaciones ideológicas de todo tipo".
Distancias e
ideologías
Sí, dice
Francisco, "el mundo nos pide cada vez más que demos respuestas a las
preguntas y ansiedades de los hombres y mujeres de nuestro tiempo". Y una
de las preocupaciones más serias es sobre la familia y su naturaleza:
“A
menudo vemos que la naturaleza de la familia es atacada por diversas
ideologías, que sacuden los cimientos que sostienen la personalidad del ser
humano y, en general, de toda la sociedad. Además, en el seno de las familias,
en muchas ocasiones se observa una distancia de entendimiento entre los mayores
y los jóvenes”.
Pacto entre generaciones
El
Pontífice recordó su ciclo de catequesis en la audiencia general de los
miércoles para reiterar que "la alianza entre las generaciones, es decir,
entre los más viejos y los más jóvenes, es lo que puede salvar a la humanidad,
porque así se preserva la identidad personal y familiar". En la familia
"no sólo se hereda una herencia genética o un apellido, sino también y
sobre todo la sabiduría de lo que significa ser humano, según el plan de
Dios".
Por tanto,
el misterio de nuestra redención está también íntimamente ligado a la
experiencia del amor en las familias. Y no olvidemos que, en última instancia,
la fe se transmite siempre en "dialecto" a través de las familias,
los ancianos, los abuelos.
El ejemplo de la
Virgen
El modelo
es la Sagrada Familia, y especialmente la Virgen María, "que cuida de
todos sus hijos e hijas, especialmente de los más pobres de cuerpo y espíritu,
con amor tierno y comprometido". Los miembros de Schönstatt veneran a la
Virgen con "gran amor" bajo el título de "Madre Tres Veces Admirable".
"Ella es un modelo fundamental para todos, que nos impulsa a construir
puentes basados en la caridad fraterna y la comunión de bienes con los más
necesitados", subrayó Francisco.
Abrir nuevos caminos
Concluyó
animando a "a seguir adelante en sus apostolados, renovándose siempre con
la gracia del Espíritu Santo y mostrando valor para abrir nuevos caminos al
servicio de las familias, para hacer brillar la belleza de la Alianza
establecida entre Dios y el hombre a través de la espiritualidad y la vivencia
de los valores cristianos".
Salvatore Cernuzio - Ciudad del Vaticano
Fuente: Vatican News