EL ENVIADO ESPECIAL DEL SANTO PADRE PARA LA PEJ: "SI LOS JÓVENES NO SON LOS PROTAGONISTAS, ESTAMOS ACABADOS"

El cardenal António Augusto dos Santos Marto expresa que esta peregrinación, antesala de la JMJ, adquiere un significado excepcional en el contexto histórico actual"

Ecclesia

Vengo como peregrino a la Casa del Señor Santiago en este Año Santo Compostelano con la misión particular de ser Enviado Especial del Santo Padre”, ha explicado el cardenal António Augusto dos Santos Marto, obispo emérito obispo emérito de Leiria-Fátima. “Y he de confesar que esta vez me he emocionado profundamente”.

Y es que, este sábado, 6 de agosto, en la Iglesia de Bonaval en Santiago de Compostela ha tenido lugar el acto de recibimiento del legado pontificio, a la que también han asistido las autoridades de la ciudad, —presidente Xunta, Alfonso Rueda y el alcalde de la ciudad, Xosé Sánchez— que le han acogido a las puertas de la iglesia junto con el cardenal Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española; el nuncio del Papa en España, Bernardito Auza; el arzobispo Julián Barrio y el auxiliar Francisco José Prieto Fernández.

Testimonio de fe

El prelado ha destacado que “tocar la piedra” le ha hecho sentirse unido espiritualmente “a la larga fila de hombres y mujeres que a lo largo de los siglos llegaron a Compostela, desde diferentes partes de Europa y del mundo, para abrazar al Apóstol y experimentar su testimonio de fe”.

Por otro lado, “rezar los Padrenuestros de las cuentas del Rosario como un campesino” le ha hecho “sentirse unido y solidario con la Iglesia y toda la humanidad, en este momento crítico de la historia, para confiar sus dramas, angustias y preocupaciones, necesidades y anhelos, a la intercesión del Apóstol”.

“Vengo, pues, a encontrarme con los jóvenes católicos de Europa: para llevarles el saludo, el afecto y la bendición del Santo Padre; para avivar las energías espirituales de los jóvenes y fortalecerme con ellos”, ha expresado en la Iglesia de Bonaval en Santiago de Compostela.

Por eso, esta peregrinación “adquiere un significado excepcional en el contexto histórico actual, pues está enmarcada por dos escenarios relevantes y desafiantes. El escenario eclesial, de una Iglesia en camino sinodal, llamada a una reforma evangélica y al descubrimiento de nuevos caminos, métodos y medios y de nuevos lenguajes para el anuncio del Evangelio a un mundo nuevo en ebullición”.

El mundo no será el mismo

A esto se suma el escenario mundial actual, que vive el drama de la post pandemia y la guerra a las puertas de Europa con impredecibles consecuencias globales, especialmente para los más pobres, a nivel político, económico, social y ecológico. “El mundo no es ni será el mismo que antes de la pandemia y la guerra en Europa, una realidad que nos parecería imposible e intolerable. Pero el orgullo y la ambición del hombre no cesa de sorprendernos, aunque la voluntad de algunos ponga en peligro el presente y el futuro de toda la humanidad”.

Por todo esto, ha recordado a los jóvenes que esta peregrinación “es un momento privilegiado de encuentro, desde el cual podéis enviar una señal clara: los jóvenes, que somos el presente y el futuro de la Iglesia y del mundo, queremos la paz, deseamos la paz y haremos todo lo posible para trabajar por ella”.

Compartir la fe

"Podemos decir todos juntos, en voz alta, para que nos oigan: hemos venido a Compostela a encontrarnos, a compartir nuestra fe, pero también unidos por un mismo propósito: queremos ser constructores de paz. Unidos por la misma fe, por la misma solidaridad y por la misma responsabilidad, queremos ser constructores de un mundo sin guerras, sin odios, sin discriminaciones raciales, un mundo fraterno, donde nadie se quede atrás", les ha dicho con ilusión.

Sois protagonistas de la historia

"Si los jóvenes no son los protagonistas de la historia, estamos acabados”. Ha expresado: “Porque son el presente y el futuro. Los necesitamos porque son ellos los que tienen que proponer la salvación a las políticas universales”. Así, esta peregrinación será también un signo de esperanza de un mundo mejor, de que es posible una nueva humanidad.

Por último, no ha querido dejar de recordar que, dentro de un año, en la primera semana de agosto, se celebrará la JMJ 2023 en Lisboa. "La peregrinación de los jóvenes europeos a Santiago es ya una etapa en el camino hacia Lisboa. Aquí quiero reiterar la invitación a los jóvenes de Galicia, de España y de toda Europa en nombre de nuestro querido Papa Francisco. A partir de ahora, tenemos una cita en Lisboa. ¡Allí os esperamos, de corazón y con los brazos abiertos!"

Fuente: Ecclesia