Alberto J. Castro Tirado es doctor en astrofísica e impulsor del Planetario de Málaga, que, se asegura, será el de mayor tamaño de la Unión Europea, cuando se inaugure en 2024. Las obras empiezan en otoño.
Estudió
en un colegio agustino (es presidente de la asociación de antiguos alumnos), se
licenció en Ciencias Físicas en la Universidad de Granda, se doctoró en
Astrofísica en la de Copenhague y actualmente es Profesor de Investigación del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC , entidad
fundada por científicos católicos) en
el Instituto de Astrofísica de Andalucía en Granada. Es el responsable
de una unidad asociada al CSIC en la Universidad de Málaga.El astrofísico Alberto Castro Tirado es un hombre de ciencia y fe,
estudia el cosmos y reza bajo las estrellas. Dominio público
Parte
de la fe de este astrofísico la ha vivido también durante 25 años como hombre
de trono en las hermandades de María Santísima de la Amargura (Zamarilla) y de
Nuestra Señora de la Caridad (Cofradía del Amor).
"La oración la tengo muy presente
porque es una manera de ofrecer el trabajo diario y así como de pedir por el
prójimo y recordar a los que ya han marchado a la Casa del Padre. Mi
abuela Joaquina me decía que siempre pedía por todos y cada uno de los miembros
de la familia y eso tampoco lo he olvidado, aunque no lo haga yo a diario como
hacía ella", detalla.
Castro reza por la noche, "en
el momento de retirarme a descansar, que es cuando, puedo hacer balance del
día. Aparte de en la misa dominical, claro", añade. Suele rezar
en lo que su hijo llama "el rincón religioso".
El asombro reverente por la inmensidad
de la Creación
Como
astrofísico, su experiencia es que "investigar el Universo nos hace
situarnos en el Cosmos y ver
la pequeñez del ser humano frente a la inmensidad del mismo. Para mí, como para otros muchos científicos, ciencia y fe no son excluyentes. El
contemplar la bóveda celeste estrellada en una noche oscura lejos de los
núcleos de contaminación lumínica y si es posible, junto al mar, en mi caso,
favorece esa comunión
cuerpo-alma-naturaleza en la cual también es una preciosa experiencia el rezo bajo
las estrellas", detalla.
A
quien no reza, le recomienda hacerlo. "Es una manera de hacer una pequeña introspección cada
día, ofreciendo el trabajo diario y el servicio a los demás, así como
de pedir por el prójimo y recordar a los que ya se han ido y quienes han
compartido momentos de su vida con nosotros".
Entre
sus frases favoritas para orar, está la que usaba su abuelo, del devocionario
de Fátima en portugués: “Santíssima Trindade, Pai, Filho,
Espírito Santo, adoro-Vos profundamente...”
"Y
a mi hijo le he inculcado aquello que a mi esposa y a mí (durante las charlas
prematrimoniales en 1991) nos enseñó D. Antonio Ramírez Mesa, quien por
entonces era canónigo-sacristán de la Catedral, al terminar el rezo diario
antes de dormir. Él nos decía que sus últimas palabras antes de dormir eran «Jesús, María y José».
La razón que aducía él era que, si acaso falleciese durante la noche, que
fueran estas últimas las palabras que sus labios hubiesen pronunciado. Yo sigo
su recomendación", concluye.
P.
J. G.
Fuente:
ReL