En un mensaje dirigido a Su Beatitud Shevchuk, Francisco se dirigió a los prelados reunidos en Polonia, reafirmando su cercanía al pueblo ucraniano: que la Iglesia sea el lugar donde se encuentre la esperanza
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Su Beatitud Svjatoslav Shevchuk, arzobispo mayor de los greco-católicos ucranianos |
El modelo es
siempre el mismo, el del pastor que tiene el olor a oveja. Un pensamiento
querido por el Papa, propuesto también a los obispos greco-católicos ucranianos
que desde el 7 de julio y hasta el próximo viernes, están reunidos en Sínodo en
Przemysl, Polonia, sede elegida como alternativa a la natural de Kiev que se ha
vuelto impracticable a causa de la guerra. Francisco asegura en primer lugar
sus oraciones y su cercanía al sufrimiento del pueblo ucraniano.
Recordando la
conmemoración de los Mártires de Leópolis, celebrada el pasado 27 de junio
-mártires elevados a los altares en 2001 por Juan Pablo II durante su viaje a
Ucrania-, Francisco subrayó cómo las circunstancias actuales del conflicto
hacen más comprensibles las de aquellos sacerdotes, monjes y monjas víctimas
del régimen comunista. Y anima a los obispos greco-católicos ucranianos a
"tener como meta el bien de la Iglesia y de cada creyente". Una
Iglesia, por tanto, que es "lugar de encuentro y de ayuda mutua"
especialmente en el acompañamiento de los fieles.
Un
acompañamiento que Francisco había delineado en su encuentro con el arzobispo
mayor de los greco-católicos ucranianos, Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, quien
se reunió con los metropolitanos en Roma en 2019. El Papa citó un pasaje clave
de ese discurso en el mensaje enviado ahora al Sínodo que se celebra en
Przemysl. La cercanía de los pastores a los fieles, dijo en aquella ocasión,
"es un canal que se construye día a día y que lleva el agua viva de la
esperanza". Se construye "encuentro tras encuentro", con
sacerdotes "que conocen y se toman en serio las preocupaciones de la
gente, y los fieles que, a través de la atención que reciben, asimilan el
anuncio del Evangelio que transmiten los pastores". La Iglesia, concluyó
Francisco con una invitación de la que se hace eco en el mensaje, "sea el
lugar donde se encuentre la esperanza, donde se encuentra la puerta siempre
abierta, donde se recibe consuelo y ánimo".
Vatican News