Todas las instituciones globalistas se unen contra el no nacido para «vengar» Roe vs Wade
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| ReL |
Este viernes, Joe
Biden firmó una orden
ejecutiva para facilitar el acceso al aborto a las madres que lo vean
dificultado a raíz de la revocación de Roe vs Wade, que ha disparado la
legislación protectora del no nacido en los estados provida.
Y un día antes, el jueves, el Parlamento Europeo aprobó una resolución
pidiendo la inclusión del aborto en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea,
añadiendo en ella que "toda persona tiene derecho a un aborto seguro y
legal". La resolución obtuvo 324 votos a favor, 155 en contra y 38
abstenciones y pide a la Unión "que ejerza presión y haga del
reconocimiento de este derecho una prioridad clave en las negociaciones en el seno de
las instituciones internacionales y en otros foros multilaterales como el
Consejo de Europa, y que defienda su inclusión en la Declaración Universal de Derechos
Humanos".
El origen de esta declaración está en la presión de las
instituciones europeas al Tribunal Supremo de Estados Unidos para que no
revocase la sentencia Roe
vs Wade, y de hecho incluye entre sus peticiones que dicho país
"apruebe una ley que proteja el aborto en el nivel federal", como Joe Biden y Nancy Pelosi se han
comprometido a intentar.
El texto critica las que considera limitaciones al aborto en Polonia, Hungría, Malta,
Eslovaquia, Croacia e Italia (donde "se está erosionando",
dicen) y considera fundamental que la Unión Europea y sus estados miembros
sigan "progresando en la garantía del acceso" al aborto... "de conformidad
con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud".
Unas recomendaciones en forma de Directrices sobre la atención para
el aborto que la OMS dio a conocer el pasado 8 de marzo, y
que incluyen el aborto libre hasta el momento mismo del nacimiento y la
negación de la objeción de conciencia al personal sanitario.
Con lo cual queda clara la sintonía de los organismos mundialistas.
Si alguien ha señalado esa sintonía es Grégor Puppinck, profesor universitario y director del European Centre for Law and Justice [ECLJ, Centro
Europeo por el Derecho y la Justicia], quien a finales de mayo, en el congreso
de Budapest de la Political Network
for Values [PNfV, Red o Alianza Política por los Valores], apuntaba a
la "corrupción"
económica e intelectual del establishment globalista
que gira en torno a los derechos humanos.
En esta línea,
Puppinck acaba de publicar un análisis sobre las directrices proabortistas de
la OMS donde detalla quiénes son sus responsables. Lo ha publicado el mensual católico
francés La Nef en su número
349 (julio-agosto 2022), y lo reproducimos a continuación (los ladillos son
de ReL):
La Organización Mundial de la
Salud, al servicio del aborto
En marzo de 2022, la Organización Mundial de la Salud (OMS)
publicó unas nuevas “directrices” sobre el aborto.
Lejos de atenerse a su misión de asistencia y consejo a los profesionales de la
salud, el documento promueve una liberalización
completa y sin precedentes del aborto. Recomienda, entre otras cosas, la
legalización del aborto libre y sin condiciones hasta el final del embarazo, el recorte a la
libertad de conciencia de los profesionales sanitarios y que no se
informe a los padres cuando se le practique un aborto a su hija menor de edad.
Este documento carece de valor jurídico vinculante: no ha sido
adoptado por los Estados ni por el Secretariado de la OMS, sino por un grupo de
trabajo. Goza, sin embargo, de una gran autoridad política y médica y servirá como referencia en
todo el mundo.
¿Aborto legal, aborto seguro?
Estas directrices se basan en la afirmación de que liberalizar el
aborto protege la salud y la vida de millones de mujeres que abortan cada año
de forma ilegal, y por
tanto de forma peligrosa.
Toda limitación en el acceso al aborto sería entonces una “barrera” que pondría
en peligro a la “persona gestante” que quiere abortar.
Tal afirmación es falaz por muchas razones. Por una parte, se basa
en la idea de que el aborto es una fatalidad imposible de prevenir, lo cual
desmiente la experiencia de numerosos países. Además, la prevención del aborto es un compromiso de los
Estados ante el derecho internacional.
Se basa además en la idea de que la mortalidad materna es mayor en
los países que restringen el acceso al aborto, lo cual es igualmente falso,
porque, para un nivel de desarrollo equivalente, la mortalidad materna es menor en los países que limitan fuertemente
el aborto. Es el caso, por ejemplo, de Malta e Italia, donde la tasa de
mortalidad materna es respectivamente de 3 y de 4 por 100.000, mientras que es
de 9 en Francia y del 22 en Estados Unidos.
Se basa asimismo en la idea de que el aborto es una intervención
médica segura, lo que implica ignorar las consecuencias psicológicas, afectivas y sociales del
aborto tanto para la mujer como para su familia.
Finalmente, estas “directrices” reposan sobre la mentira según la
cual el niño concebido no sería sino un “tejido del embarazo” que se puede
desechar como “material biológico”, cuando la ciencia, la religiones y el
derecho de numerosos países reconocen al niño la condición de ser humano desde antes de su
nacimiento.
El rastro del dinero
Para explicar este posicionamiento extremo de la OMS, basta
considerar quiéne son los autores
y patrocinadores de las “directrices”, así como la orientación histórica de
la OMS en materia de aborto.
Los autores
Para elaborar estas “directrices”, la OMS ha consultado a 121 expertos externos a la
organización. Pues bien, 81 de esos “expertos” [el 67%] están comprometidos a favor del aborto, algunos a
título profesional.
Por ejemplo, 11 de esos expertos han recibido 1,8 millones de dólares a lo largo
de su carrera procedentes de la Society of Family Planning & SFP Researcher
Fund, y 12 han trabajado para la IPAS [Partners for Reproductive Justice], 7
para el Population Council y 4 para el Center for Reproductive Rights, entre
otros. Estas organizaciones son los principales lobbies abortistas.
La
financiación
El departamento de la OMS donde se han elaborado estas
“directrices” (el Human Reproduction Program) está financiado exclusivamente
por contribuciones voluntarias (provenientes principalmente de algunos países
anglosajones conocidos por su compromiso histórico a favor del control demográfico, pero
también de Francia) y por fundaciones
privadas.
El Human Reproduction Program es una entidad instituida en 1972 conjuntamente
por la OMS, el Banco Mundial, el Fondo de Población de las Naciones Unidas y el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Está especializado en
asuntos de “salud reproductiva” y se inscribe en la política global de Naciones Unidas en materia de control
demográfico.
En la dirección del HRP tienen asegurado un lugar preponderante
los principales Estados donantes, así como a los órganos de Naciones Unidas.
Con una particularidad: la Federación Internacional de Planificación Familiar
(IPPF) es miembro
permanente de su consejo de administración. No es sorprendente que los
cuadros del HRP sean elegidos generalmente entre los del lobby del aborto y del
control demográfico.
* * *
Por todo ello, estas “directrices” constituyen un nuevo ejemplo de corrupción de las
instancias internacionales, como ya había expuesto, en su libro La
cara oculta de la ONU, monseñor Michel Schooyans (1930-2022),
fallecido el pasado 3 de mayo, un gran teólogo
belga especializado en las cuestiones éticas de las relaciones
internacionales (fue consultor del Pontificio Consejo para la Familia) que
merece un homenaje por ello.
Carmelo López-Arias
Fuente: ReL
