Es de gran importancia que los judíos y los cristianos trabajen cada vez más juntos, para intentar contrarrestar ciertas tendencias negativas de nuestras sociedades occidentales: la idolatría del ego y del dinero
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Viaje apostólico a Eslovaquia: encuentro con la comunidad judía (Foto de archivo) |
“El diálogo
como antídoto al extremismo, y como un signo providencial para la paz y la
fraternidad”, son algunos de los temas contenidos en el texto preparado con los
saludos del Santo Padre a los miembros de la Delegación del Comité Judío
Internacional de Consultas Interreligiosas, el mismo que fue entregado al
Cardenal Kurt Koch.
“Reforzando el
diálogo podemos resistir el extremismo, que por desgracia es una patología que
también puede manifestarse en las religiones. Pidamos al Señor que nos guíe
cada vez más por este camino de diálogo y fraternidad”, lo escribe el Papa
Francisco en sus saludos – entregado al Cardenal Kurt Kock, Presidente del
Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos – a
los miembros de la Delegación del Comité Judío Internacional de Consultas
Interreligiosas, a quienes no pudo recibir en audiencia esta mañana, debido
al empeoramiento de dolor en la rodilla, tal como lo informó la Oficina de
Prensa de la Santa Sede.
Promover y
acompañar el diálogo interreligioso en todo el mundo
En sus saludos,
el Santo Padre recordó que, “esta Organización se creó en 1970 con el objetivo
de promover y acompañar el diálogo interreligioso en todo el mundo”. Es por
ello, que este Comité reúne a muchas grandes organizaciones judías,
especialmente con sede en los Estados Unidos de América. “Desde sus inicios –
subrayó el Pontífice – está en contacto con la Comisión de Relaciones
Religiosas con el Judaísmo de la Santa Sede, y junto a ella organiza
regularmente conferencias conjuntas sobre temas de actualidad”. Asimismo, el
Papa recordó la última vez que los saludó en la Audiencia General de mayo de
2019, con ocasión de su última reunión aquí en Roma.
Contrarrestar
tendencias negativas de nuestras sociedades
El Papa
Francisco en sus saludos también alentó a los miembros de este Comité a tener
presente el tiempo que estamos viviendo, “tiempos turbulentos, donde es de gran
importancia que los judíos y los cristianos se reúnan, y trabajen cada vez más
juntos, para intentar contrarrestar ciertas tendencias negativas de nuestras
sociedades occidentales: la idolatría del ego y del dinero; el individualismo
exagerado; la cultura de la indiferencia y del descarte”. Juntos, afirmó el
Papa, estamos llamados a dar testimonio del Dios de la misericordia y la
justicia, que ama y cuida de las personas; y podemos hacerlo recurriendo a la
herencia espiritual que en parte compartimos y que tenemos la responsabilidad
de preservar y profundizar.
Luchar contra
todas las formas de antisemitismo
Asimismo, el
Santo Padre recordó que, nuestras tradiciones religiosas nos piden que
abordemos los desacuerdos, las divergencias y los conflictos no de forma
agresiva, sino sin prejuicios y con intenciones pacíficas, para encontrar
puntos de convergencia aceptables para todos. En cualquier caso, el odio y la
violencia son incompatibles con nuestra fe en el "Dios misericordioso y
clemente, lento para la ira y abundante en amor y fidelidad". Judíos y
cristianos, estamos llamados a comportarnos de manera que nos parezcamos lo más
posible a nuestro Creador y Padre. Esto se hace muy difícil cuando somos objeto
de abusos y persecuciones, como ha sucedido a menudo en la historia y
desgraciadamente también sucede hoy. A este respecto, quisiera aprovechar la
ocasión para reiterar el compromiso de la Iglesia católica de luchar contra
todas las formas de antisemitismo, especialmente mediante una acción
preventiva, es decir, en el plano educativo, tanto en las familias como en las
comunidades parroquiales y las escuelas, y en las agrupaciones de laicos.
El diálogo
camino para la paz y la fraternidad
Finalmente, en
sus saludos el Papa Francisco precisa que “el diálogo interreligioso, es un
signo de nuestro tiempo, un signo providencial, en el sentido de que es Dios
mismo, en su sabio designio, quien inspira a los líderes religiosos y a tanta
gente corriente a encontrarse y conocerse respetando las diferencias
religiosas”. Este es un camino para que la fraternidad y la paz crezcan en el
mundo. Reforzando el diálogo podemos resistir el extremismo, que por desgracia
es una patología que también puede manifestarse en las religiones. El Santo
Padre concluyó sus saludos pidiendo que “el Señor nos guíe cada vez más por
este camino de diálogo y fraternidad. Que la bendición de Dios los acompañe y
haga fructífera su labor al servicio del conocimiento y la colaboración mutua”.
Renato Martínez
– Ciudad del Vaticano
Vatican News