Las Misioneras de la Caridad llevan en Nicaragua 40 años ayudando a los últimos de los últimos.
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Misioneras de la Caridad en Nicaragua. Dominio público |
Durante este tiempo, ha
calumniado a obispos y sacerdotes, siendo además algunos de ellos víctimas de
los grupos sandinistas protegidos por el presidente.
La última decisión
tomada por Ortega contra la Iglesia ha sido la orden de expulsión de
las Misioneras de la Caridad de Santa Teresa de Calcuta, presentes en
este país centroamericano desde hace 40 años.
Ortega ha impuesto un
decreto que obligará a 101 organizaciones sin ánimo de lucro a tener que cerrar
de modo “urgente”, entre ellas la Asociación Misioneras de la Caridad.
Según el Gobierno
nicaragüense, las religiosas no están acreditadas por el Ministerio de
Familia para funcionar como guardería, centro de desarrollo infantil, hogar de
niñas ni asilo de ancianos, y que tampoco tienen permiso del Ministerio de
Educación para tareas de refuerzo de aprendizaje.
“No sabemos si vamos
a poder cumplir con todos los requisitos que están exigiendo»,
declaraba al diario La Prensa una de las misioneras de la
Caridad en Granada.
En Nicaragua, la orden
de la Madre Teresa administra el Hogar Inmaculado Corazón de María, en la
ciudad de Granada donde acogen a adolescentes abandonados o abusados y les
ayudan a reinsertarse en la vida. También gestionan un asilo de
ancianos en la capital, Managua; un proyecto de refuerzo escolar a
estudiantes en situación de riesgo, y una guardería para familias sin recursos.
Sin embargo, son más los
ataques recientes del régimen a la Iglesia Católica. El pasado mes de
mayo, Ortega ordenó cerrar el canal de televisión de la Conferencia
Episcopal de Nicaragua, tan sólo un día después de que el obispo Rolando
Álvarez denunciara en él que sufría persecución por parte del Gobierno.
De este modo, el
Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor), propiedad del
Gobierno, ordenó que “el canal 51, Canal Católico” sea “eliminado de la
grilla de programación del servicio”.
Monseñor Álvarez,
encargado del área de comunicación de los obispo y responsable del canal
católico expresó que lo que quiere el Gobierno “es una Iglesia muda,
que no anuncie la esperanza del pueblo” y no denuncie el “pecado personal y de
las estructuras de injusticia”.
Además, a principios de
mayo, la Asamblea Nacional de Nicaragua, controlada por Daniel Ortega, aprobó
un informe que acusaba a obispos y sacerdotes de participar en lo que considera
un intento de golpe de Estado en 2018 y amenazaba con juzgar a dichos
sacerdotes y obispos. Incluso el pasado mes de marzo, expulsaba del
país al propio Nuncio de Su Santidad.
El documento acusaba
a la Iglesia Católica de apoyar las protestas civiles que exigieron
masivamente en 2018 que Ortega abandone el poder. Las manifestaciones
provocaron la muerte de unas 400 personas según los organismos internacionales.
Fuente: ReL