En la mañana de este sábado 21 de mayo Francisco saludó a los confirmandos y confirmados de la Arquidiócesis de Génova en el Piazzale Santa Marta y les dirigió un breve mensaje
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En una soleada
mañana primaveral el Piazzale Santa Marta se vio repleto de 1.000 chicos y
chicas de la Arquidiócesis de Génova que, vestidos con sombreros rojos y en un
clima de fiesta, vinieron en peregrinación a la ciudad eterna. Tuvieron la alegría
de compartir unos minutos con el Santo Padre, quien les dirigió un saludo.
El arzobispo
dijo que ustedes son confirmandos y confirmados, afirmó Francisco. “¡Los que
haya hecho la confirmación levanten la mano!”, les dijo.
El Papa les
indicó que “con la fuerza de la confirmación, se sigue adelante en la vida, se
sigue adelante no solo en la Iglesia, en la propia vida, de cada uno de
nosotros porque la confirmación nos prepara para convertirnos en buenas
personas, buenos ciudadanos, buenos cristianos y adelante con esto”.
La oración
Francisco
compartió una palabra que le vino a la mente: “conservar” y mencionó la
necesidad de conservar el don de la confirmación. Al preguntarse cómo se
conserva, el Papa les explicó que, primero que nada, con la oración, “pidiendo
que nos dé la fuerza de seguir adelante”. Y rezar siempre -añadió- porque el
Señor dijo que, si tú pides, te daré. Pero a veces nosotros no pedimos. Nos
olvidamos de pedir, de rezar, y nosotros sabemos que “el que llora no mama”
(ndr: proverbio ligur), ¡lo sabemos bien! De este modo -prosiguió- debemos
rezar e insistir para que el Señor nos escuche y nos dé la fuerza de seguir
adelante.
La vida en
comunidad
El segundo
concepto que el Papa transmitió a los jóvenes fue el de la amistad entre ellos,
“porque en la Iglesia nosotros no somos solo yo, solo la Iglesia, solo yo y
Dios, no; somos todos nosotros, en comunidad. Este lindo paseo que están haciendo,
esta es una cosa que los ayudará a seguir adelante”. Valentía y adelante -les
reiteró el Pontífice-, es decir, oración y comunidad, vida comunitaria.
La generosidad
Por último, el
Papa les enfatizó la necesidad del darse, cada uno a su propia comunidad, al
otro: “Ser generosos siempre, ayudar a los demás y vivir en comunidad. Oración,
seguir adelante en comunidad, comunidad y generosidad. ¿Entendido?”, preguntó a
los jóvenes, quienes le respondieron que sí.
Antes de
impartirles la bendición, rezaron a la Virgen María.
Sebastián
Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano
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