Destensando el arco
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Mi supuesta “carrera
musical” acaba de sufrir un pequeño percance: me he hecho una contractura de
primera categoría. Ahora, cuando quiero tocar el órgano, el brazo izquierdo me
pega unos calambrazos que me hacen ver las estrellas.
En fin, no ha
quedado más remedio que abandonar la música unos cuantos días.
Lo cierto es
que me lo he tomado con mucha calma, pero recuerdo la primera vez que me vi
obligada a suspender los ensayos unos días.
No te lo voy a
negar: dejar de tocar me inquietaba. Desde que comencé con el órgano, ensayaba
a diario. El miedo no tardó en aparecer: ¿y si luego no me acuerdo? ¿Y si tengo
que volver a empezar?
Unos días
después, mi compañero de clase me escribió un mail para ver cómo estaba. Le
contesté compartiéndole mi agobio… y su respuesta me dejó sin palabras: ¡¡en el
arte los parones vienen bien!! Me aseguró que, aunque uno vuelve un poco más
torpe, los conocimientos “se asientan”, maduran…
Cuando pude
volver al órgano… ¡¡descubrí que tenía razón!! Me sentía “desentrenada”, ¡¡pero
infinitamente más serena!! Así que, esta vez, tomarme un descanso… ¡ha sido
mucho más fácil!
Y es que, en el
día a día, parece que todo depende de nosotros, llenamos nuestra agenda de mil
cosas, tareas, obligaciones… vamos tensando la cuerda del arco más y más
queriendo lanzar la flecha más lejos, ¡pero podemos llegar a romperlo!
Me impresiona
mucho que, cuando la gente se arremolinaba alrededor de Jesús y los discípulos,
cuando todo el mundo les pedía ayuda y se acumulaba el trabajo, la invitación
de Jesús fue “venid vosotros solos a un lugar apartado a descansar un poco” (Mc
6, 31).
Seguirle
también es arte y, como tal, ¡los descansos con Él son fundamentales! Son los
que nos recuerdan que lo importante no es lo que nosotros hacemos, ¡sino lo que
hace el Señor! No es cuestión de nuestro esfuerzo, ¡Cristo respeta los
procesos, no tiene prisa! Igual nuestra gran tarea pendiente es aprender a
dejar todo en Sus manos y descansar confiados en Sus brazos…
Hoy el reto del
amor es parar. Te invito a que, a media jornada, cuando notes que las tareas
pendientes amenazan con hundir tu barca, frenes unos minutos con el Señor. Deja
que Él te regale un corazón sereno, capaz de disfrutar con lo que hace… y te
aseguro que, después, lo que hagas, lo harás con más amor, ¡y saldrá mucho mejor!
¡¡Feliz día!!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
28 abril 2022
Fuente: Dominicas de Lerma