El empeño de Santa Katharine Drexel provocó que se cambiara la normativa
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Santa Katharine Drexel dedicó su vida a los nativos americanos y afroamericanos |
Santa Katharina Drexel (1858-1955) fue una de las
primeras santas canonizadas en este tercer milenio. Esta religiosa
estadounidense fundadora
de las Hermanas del Santísimo Sacramento fue canonizada en el año 2000
tras una vida llena de virtudes heroicas que la llevaron a entregar su vida por
las personas negras y los nativos americanos.
Pero la aportación de esta santa a la Iglesia y a su país fue
incluso mayor, teniendo
una influencia muy concreta en el futuro y en un ámbito en el que la
presencia de una monja podría llamar poderosamente la atención.
Katharine Drexel
era la rica heredera de un importante banquero en Estados Unidos. Ella prefirió la misión a la riqueza
material, pero no dudó en utilizar en favor de los pobres y de las obras de
la Iglesia todo lo que ella había conocido gracias a los negocios familiares.
De hecho, su papel fue fundamental para la modificación del Código Fiscal al
presionar con éxito al Congreso de Estados Unidos para que aprobara una deducción del
impuesto sobre la renta para las donaciones caritativas. Este hecho
tuvo consecuencias futuras, pues abrió camino para que en el presente
organizaciones católicas dedicadas a la caridad facilitar la recepción de
donativos por parte de particulares y otras organizaciones.
En este siglo XXI es
común que las familias puedan deducirse en sus declaraciones de la renta parte
de los donativos realizados a obras de caridad. Pero en Estados Unidos
al menos no se lo deben a un político en particular, ni a un economista ni a un
profesor universitario o abogado. La responsable de una de las deducciones más
populares es precisamente una santa católica, la monja Santa Katharine Drexel.
Esta santa es bastante conocida al ser una figura pionera a comienzos del
siglo XX en la defensa y cuidado de los nativos americanos y los afroamericanos,
pero eran pocos los que sabían que ha tenido el mayor impacto y el más duradero
en la filantropía en la historia de su país.
Todo comenzó en 1914 con el estallido de la I Guerra Mundial, lo
que impulsó en EEUU la creación del impuesto federal sobre la renta. En 1917
esta política fiscal se amplió lo que provocó que el pago de estos impuestos de
la Madre Katharine se
disparasen y pusieran potencialmente en peligro el trabajo de las Hermanas del
Santísimo Sacramento, congregación fundada por la heredera del banquero
Francis Drexel.
Pero el momento más importante se produjo en 1924 cuando esta
religiosa y su influyente familia presionaron
con éxito al Congreso para lo que más tarde se conoció cono la “disposición de
las monjas de Filadelfia”, conocidas así porque tienen la casa madre en
Bensalem (Pensilvania).
Según esta disposición, cualquiera que hubiera donado el 90% de
sus ingresos a la caridad durante los 10 años anteriores estaría exento del
impuesto de la renta. Seth Smith, profesor de Historia en la Universidad
Católica de América, explica a Catholic
News Service que esta “era una distinción que describía a un solo ciudadano
estadounidense en ese momento: la Madre Katharine”.
Sin embargo, aunque en un principio fue una disposición creada ad
hoc para esta futura santa puso los ladrillos para algo mucho
más universal y que llegaría más adelante: la deducción por donativos para
obras caritativas. Su
influencia para que esto ocurriera es innegable.
De este modo, Phil Brach, vicepresidente de Relaciones
Universitarias en el Belmont Abbey College en Carolina del Norte asegura que
esta disposición de las monjas de Filadelfia fue fundamental para diferenciar a la Madre Katharine
de otros filántropos contemporáneos más conocidos como eran John D. Rockefeller
y Andrew Carnegie.
“Lo que la hizo única es el orden de magnitud, pues hubo años en los que la cantidad
que dio fue caso igual a la cantidad combinada de todas las colectas de todas
las parroquias de todo el país”, añade Brach.
A lo largo de su vida, la santa dio 20 millones de dólares de lo que poseía
como heredera de esta familia de banqueros.
Estas donaciones favorecieron principalmente a católicos negros y
nativos americanos en un
contexto histórico en los que los prejuicios raciales eran muy altos y
la pobreza estaba muy extendida entre estas comunidades. Para ello construyó
escuelas y hasta una universidad, la actual Universidad Xavier
de Luisiana, la única universidad históricamente católica negra del país.
Phil Brach recuerda además que pocos han sido capaces de igualar
el alcance de las donaciones de la Madre Drexel tanto en su momento como en la
actualidad. Y para ello citó a Giving Pledge, una campaña filantrópica
encabezada por multimillonarios como Bill Gates o Warren Buffet. En ella se
alienta a los ricos a donar el 50% de su riqueza a causas benéficas, pero este
porcentaje está muy alejado del 90% que sí dio la santa estadounidense. “Por algo es la santa patrona de
la filantropía”, recuerda.
La disposición se aprobó sin problemas en 1924 pero su oposición
se manifestó fuertemente en 1933, durante el apogeo de la Gran Depresión y la
necesidad del Estado de recaudar todo el dinero posible. Pero finalmente, la
intermediación de influyentes obispos permitió que siguiera vigente. Y lo estuvo hasta la muerte de la
Madre Drexel en 1955.
Finalmente, en 1969 la “disposición de las monjas de Filadelfia”
fue eliminada del Código Fiscal, pero la semilla ya había echado raíces. “En el
lenguaje oficial podría estar ya fuera del código fiscal, pero en general esta disposición fue la
génesis de la deducción caritativa que aún existe”.
Javier Lozano
Fuente: ReL