La Madre de Dios sigue estando de pie en una pequeña iglesia ucraniana cerca de la frontera de Polonia, llamando a la conversión, al rosario y al ayuno
fot. materiały wydawnictwa Rafael |
No salieron palabras de sus labios, solo
lágrimas… Tal vez pensó que lo que iba a decirle a sus hijos, ya lo había
dicho. Ahora ha venido llorando… En octubre de 1917, decenas de miles de
personas presenciaron el milagro del Sol en Fátima. Este milagro en Niżankowice
se repitió al menos tres veces.
María una vez más dio una señal de su
presencia… Como diciendo que Fátima sigue siendo actual, su mensaje es
importante, que la historia puede volver a cerrar el círculo, y tenemos todo en
nuestras manos…
En su figura milagrosa, la Madre de Dios
sigue estando de pie en una pequeña iglesia cerca de la frontera de Polonia,
llamando a la conversión, al rosario y al ayuno. Todavía nos recuerda que solo
así podemos salvar al mundo de otra guerra, de la destrucción. Y después de los
hechos recientes está claro que estamos casi a un paso de ella (…).
Nuestra Señora de Niżankowice
Estatuilla como muchas. De hecho, una
casi idéntica ha estado en mi casa durante años. Sería difícil decir cuántas
copias de ella se hicieron. En el reverso de la que se encuentra en el templo
de Niżankowice, se puede leer la inscripción: «Częstochowa» y el nombre «S.
Kozikowski», así como un número, probablemente de la serie de la que proviene.
La figurilla permaneció mucho tiempo junto a la pared lateral de la iglesia
sobre una plataforma de metal.
El 5 de enero de 2005, Nuestra Señora en
Niżankowice lloró por primera vez. El primero en notarlo fue un sacristán de
diecisiete años, Włodzimierz Moroz. María lloró durante cuarenta días, del 5 de
enero al 13 de febrero. Sus lágrimas brotaron profusamente durante tres días y
tres noches cuando la sor Lucía, vidente de Fátima, moría, y también cuando el
Papa Juan Pablo II partía hacia la casa del Padre, y en el aniversario de su
muerte.
Después de algún tiempo, se notó que
Nuestra Señora lloró durante dieciocho meses el día trece de cada mes, el día
de las apariciones de Fátima. El padre Jacek Waligóra, actual custodio del
santuario relaciona este número también con las apariciones de Lourdes, donde
María apareció dieciocho veces. La última vez, Nuestra Señora de Niżankowice
lloró el 9 de septiembre de 2007. «María lloró en Niżankowice en momentos
importantes de la vida de la Iglesia», comentó una vez el prelado Ireneusz
Skubiś, editor en jefe del semanario «Niedziela».
Nuestra Señora de Zarwanice
Un maravilloso aroma a rosas
Como recuerdan los testigos de aquellos
días, en un principio no podían creer en la autenticidad del fenómeno, de que
la Madre de Dios estuviera llorando en su estatuilla. Pero cuando se dieron
cuenta de que esto realmente estaba pasando, agarraron los rosarios y
comenzaron a rezar. La noticia del milagro se extendió por la zona y cada vez
más peregrinos, también de Polonia, comenzaron a llegar a Niżankowice. No todos
podían ver a María llorando.
En el Libro de Testimonios encontramos la
siguiente entrada de Włodzimierz Moroz del 5 de enero de 2006:
Aniversario del llanto de Nuestra Señora…
A las diez de la mañana fue presidida una Santa Misa por sacerdotes de Polonia.
En ese momento, la estatua de la Madre de Dios no lloró. A las 11.45 h. Nuestra
Señora comenzó a llorar. También había peregrinos de Chyrów, pero no vieron
lágrimas…
No todos sintieron el maravilloso aroma
de las rosas, que apareció al menos dos veces en el templo. Włodzimierz Moroz y
Janina Zielińska son testigos de este extraordinario fenómeno en su iglesia.
Sin embargo, esto no es tan sorprendente. Los que saben un poco sobre la vida
de los santos saben que los adoradores de San Padre Pío suelen oler el
maravilloso aroma de las violetas. Por su parte, Santa Teresa de Lisieux, la
del Niño Jesús, huele a rosas. Quienes conocieron a San Pedro Fabro podían oler
el extraordinario aroma de las flores de la montaña, las hierbas de los prados
alpinos, el aroma resinoso de la picea y el abeto.
Aleteia Polaco