José Luis Rubio Willen destaca que era especialmente caritativa y devota del rosario
Isabel la Católica un ejemplo para la mujer del siglo XXI |
En conversación con Religión en
Libertad, Willen ha detallado los motivos por los que la
reina "es un ejemplo" a imitar, especialmente para políticos, madres y familias.
Uno de los primeros fue la universalidad de la que hizo gala
durante su regencia. Fue una
reina "para todos", lo que dejó ver especialmente "tras el
descubrimiento de América, al equiparar
a los indígenas con cualquier otro español", explica Willen.
La actualidad modélica de Isabel como estadista no se limita solo
a grandes y conocidos episodios como su protagonismo en la empresa de Colón,
sino que también se refiere a cuestiones tan actuales como la formación de la clase política.
Estadista y reina al
servicio del bien común
"Supo que para que hubiese buenos políticos tenían que estar bien formados y que
debían tener un buen conocimiento de todas las verdades", entre las que se
encuentra el servicio al
bien común. "Hoy día se piensa con la maldad y el desvío de la clase
política actual y por ello se diría que estaba formando [políticos] desde la
corona para perpetuarse en el poder o para manipular a la clase política",
sentencia.
Otro rasgo ejemplar, más relevante si cabe, fue su capacidad para orientar su vida como reina
"de la potencia mundial" de cara a su fe.
"Fue una mujer orante, siempre encontró espacio para rezar,
para encontrarse con Dios, con su Virgen de las Angustias o con San Juan el
Evangelista", explica. Una cualidad "determinante en la vida de una
mujer estadista" como Isabel y que le llevó a "consagrar todos sus reinos a Dios y a ser fiel a la civilización
cristiana".
Devota del rosario y
fiel a su marido
Especialmente relevante en la vida de Isabel fue el rezo del rosario,
una oración de la que se consideraba "muy devota" y que llevó a la
Comisión para su beatificación a elaborar los llamados "Rosarios de Isabel".
En pocos meses, la comisión dirigida por Willen ha vendido todas miles de
existencias y esperan disponer próximamente de nuevos rosarios para una multitud
de interesados.
Fue precisamente su carácter piadoso y su fe lo que le llevó a
"no falsear sus principios", tampoco en su vida familiar: "Fue fiel a su marido, primero
porque estaba muy enamorada de él, pero también porque sabía lo que son los
valores e implicaciones de un sacramento", comenta Willen.
Madre de familia
numerosa y educadora
El que posiblemente sea uno de los mayores conocedores de la reina
Isabel explica que "su personalidad está marcada en todo lo que
tocaba" y su vida familiar y social no fue una excepción en su carácter
ejemplar.
"Madre de
familia numerosa, Isabel supo educar a todos sus hijos e hijas, a los que
casó con las mejores casas reales de Europa, lo que demuestra lo relacionada
que estaba como reina y como persona", remarca.
Una de las virtudes que más destaca en la reina Isabel fue la compasión y el perdón,
especialmente con sus enemigos. Algo que se hizo patente al finalizar la guerra
de sucesión castellana, que enfrentó a los partidarios de Isabel con los de
Juana de Trastámara, apodada "la Beltraneja": "Nada más ser
coronada tras la guerra supo
perdonar, algo importantísimo en el corazón de esta mujer. Por así decirlo,
en lugar de destruir, supo meterlo todo bajo [el perdón] de una reina
madre".
Para Willen, en Isabel tuvo el mismo peso la compasión por los necesitados y
desfavorecidos que con sus enemigos, y cita la reciente publicación de la
Comisión para la beatificación de la reina, Un mil por ciento
en renta futura, para sugerir "su entrega a la caridad"
así como las precoces y estrechas relaciones internacionales que estableció la
reina con la actual Ucrania y Georgia.
"Vidal González Sánchez -autor del libro- realiza un estudio
en profundidad de todas las limosnas que la reina dio de su propio dinero y
ahorros personales durante toda su vida", destaca el sacerdote.
En este sentido, fue especialmente destacada fue su última voluntad de
vestir a 200 pobres o liberar "de manos de los infieles" a otros
tantos cautivos sin recursos. Del mismo modo, una vez ejecutado su
testamento, ordenó que los bienes restantes fuesen entregados a hospitales,
necesitados, iglesias y monasterios para atender las necesidades de estos
últimos en lo relativo al culto divino.
Fue, por último, una mujer con una firme voluntad de perseverar hasta el final de su vida. "En sus últimos instantes, supo entregar su alma a Dios sabiendo que la vida es breve, que todo termina y que el mundanismo de la vida es efímero. Fue todo un ejemplo para la mujer, el hombre y el político de hoy", concluye Willen.
José María Carrera
Fuente: ReL