¿Una transformación inesperada?
Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Una de las
cosas que más me gusta del oficio de sacristana es preparar cada mañana todo lo
necesario para la Misa. Preparamos el cáliz y la patena, colocamos las formas y
elegimos el juego de altar, que son los paños sagrados (palia, corporal y
purificador) que el sacerdote utiliza en el momento de la consagración.
Este domingo
preparamos uno muy bonito confeccionado por unas hermanas en hilo. Pero, al
recogerlo, me llamó mucho la atención que el purificador había cambiado de
color, era mucho más blanco. El juego nos lo regalaron a la vez, y los tres
paños estaban hechos con la misma tela, pero mientras que la palia y el
corporal mantenían un color más bien crudo, el purificador ya era blanco total.
Inmediatamente
me di cuenta de que la razón es que el purificador se lava cada vez que se
utiliza en una Eucaristía pues, como su mismo nombre indica, el sacerdote lo
utiliza para purificar los vasos sagrados. Mientras que el corporal no se lava
cada día.
El Señor me
regaló descubrir que, cuanto más involucramos nuestra vida en el servicio del
Señor, en la misma medida vamos dejando que Él vuelva blanca nuestra vida.
Comenzamos la
Cuaresma y aquí me estaba dando Él la clave para vivirla: no preocupada en mí
misma, en qué he de cambiar o mejorar, sino en servirle a Él, en entregarme del
todo en lo que me vaya poniendo cada día, viviéndolo todo desde el amor. Porque
así mi mirada se mantiene fija en Cristo, y dejo que sea Él quien se ocupe de
blanquear mi vida.
Hoy el reto del
amor es preguntarle al Señor qué quiere de ti para este día. Sus planes
normalmente son sencillos, no necesita grandes cosas para regalarnos la
plenitud. Que en esas cosas que nos presenta para hoy descubramos que está Él
detrás y lo hagamos todo desde el Espíritu Santo. Quiero ser como ese hilo, que
se vuelve más blanco conforme más se involucra en servir al Señor.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
07 marzo 2022
Fuente:
Dominicas de Lerma