Resurrección a trompicones
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
No sé cómo lo
he hecho ni dónde me lo he pescado, pero el hecho es que, para celebrar la
Pascua, me he cogido un buen trancazo. Así que, cuando me preguntan, digo que
he resucitado solo con el espíritu, pero que el cuerpo va… más medio muerto que
vivo.
¡Que rabia me
da cogerme un catarro en primavera! ¡Ya no pega estar con el pañuelo en la
mano, tomando cositas calientes!
Pero, por más
rabia que me dé, no me ha quedado más remedio que rendirme… y dedicarme a
estarme quietecita cogiendo calor. Curiosamente, a partir de ese momento,
¡empecé a mejorar! ¡Ya comienzo a resucitar del todo!
Realmente,
todos deseamos vivir estos días como resucitados, pero no creas que solo unos
virus pueden lograr “atascar” la alegría: a veces el mal humor, el cansancio o
los enfados… ¡también hacen “estornudar” nuestro corazón!
El verdadero
problema es que, si no paramos, podemos “estornudar” sobre otros, ¡y
multiplicar los “catarros”! También nuestro corazón necesita parar a coger
calor, ¡aunque estemos en la primavera de la Pascua!
Lo mejor es que
el mismo Jesús sabe de estos “catarros” que de vez en cuando asaltan nuestro
corazón, y por eso nos dice: “Venid a mí… y yo os aliviaré” (Mt 11, 28).
¡Él es el mejor
Médico, el que puede aliviar y sanar todos los enfriamientos del corazón! El
amor de Cristo es llama y fuego, enciende de nuevo nuestro interior, derrite
cualquier frío. Solo necesitamos detenernos un rato con Él, ¡dejarnos tocar por
su calor!
Hoy el reto del
amor es parar a coger calor ante el primer estornudo, ¡que la alegría de la
Pascua sea el clima que te acompañe todo el día!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
25 abril 2025
Fuente: Dominicas de Lerma