Tu seguridad es su amor
Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
En la puerta de
entrada a la Iglesia tenemos un dispensador de gel hidroalcohólico. Es muy
curioso porque según le tratas el te responde. Me explico, llegas con el tiempo
justo a vísperas y aprietas el botón con todas tus fuerzas, el gel sale
disparado en todas las direcciones… menos en tu mano. Otros días llegas con
tiempo y con tranquilidad, presionas con paz y el gel te sale sobre la mano. Si
entras despistada y aprietas hasta el final el botón… por más que te frotas las
manos, no se reabsorbe el gel. El bote de gel siempre es el mismo, lo que
cambia es cómo llego yo al coro a rezar.
Cuantas veces
pensamos que el bote está estropeado, porque sale mucho o porque sale en todas
las direcciones, pero ¿alguna vez pensamos que somos nosotros los que estamos
distintos?.
Esto nos pasa
con el Señor. A veces, vamos a Él cuando le necesitamos, cuando nos sentimos
mal o las cosas no salen como habíamos creído. Como decía mi abuela: “me
acuerdo de Santa Bárbara cuando truena”. Otras veces, acudimos al Señor con
prisas, nos hemos metido en algún lío y queremos que Él lo solucione rápido y
bien. También acudimos al Señor en momento donde todo está en paz y vamos a Él
con acción de gracias y alabanza.
Jesús no cambia
nunca. Él ha dicho que te ama y te amará siempre, ha dado Su vida por ti y la
vuelve a dar una y otra vez en cada Eucaristía. Su Amor por ti es permanente y
no cambia. Esta es nuestra seguridad, no que nosotros seamos buenos y fieles,
sino que Su Amor por ti, por mí, siempre está esperándonos. Cuando acudimos a
Señor, Él nos espera y nos da su paz.
Si acudimos al
Señor con una necesidad nos muestra un nuevo camino. En Él siempre hay vida
porque Él es la Vida. Nuestra seguridad está en su fidelidad. En que si ha
dicho que te ama, nunca se volverá atrás. Su Palabra es constante, si es un sí,
siempre será un sí; si es un no, siempre será un no. En Jesús no hay
contradicción. La contradicción siempre viene del mal. La Palabra de Jesús
nunca es ambigua, ni confusa, es clara y veraz.
En mi vida me
ha tocado pasar por muchas cosas: desde falta de salud, pruebas de confianza,
pruebas de fe… pero lo que nunca me ha faltado ha sido Su Amor. Él siempre ha
estado conmigo y yo siempre he contado con Él. Al final, una vez pasado todo,
acabas entendiendo que Su Amor es lo que permanece y es lo que te ha hecho y te
hace feliz. Esta certeza de Su Amor es nuestro gran tesoro donde podemos
descansar el corazón.
Hoy el reto del
amor es hacer diez minutos de oración, no importa cómo estés, siéntate con
Jesús y muéstrale tu corazón, después pídele ver Su Amor por ti.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
21 marzo 2022
Fuente:
Dominicas de Lerma