A un año del Viaje Apostólico a Iraq el Papa recibió en audiencia a una delegación de representantes de las diferentes iglesias cristianas del país. A ellos les dijo: el diálogo es el mejor antídoto contra el extremismo, grave amenaza para la paz
El Papa recibe a representantes de las iglesias cristianas presentes en Irak (Foto: Vatican media) |
Es necesario
trabajar para erradicar las causas profundas de los fundamentalismos que
arraigan más fácilmente en contextos de pobreza material, cultural y educativa,
y que se alimentan de situaciones de injusticia y precariedad, como las que
dejan las guerras. Así, el Papa Francisco, al recibir a una delegación de
representantes de diferentes iglesias cristianas de Iraq, indicó nuevamente la
vía del diálogo interreligioso como “camino de fraternidad hacia la paz”.
No se puede
imaginar Iraq sin cristianos
El Pontífice,
que inició su discurso recordando
que estas tierras son “tierras de inicios” de las antiguas civilizaciones de
Oriente Medio, de la historia de la salvación, de la vocación de Abraham y de
los cristianos, hizo presente, como narra la historia bíblica, que también son
tierras de “exiliados”. Algo no “ajeno” a la situación actual y que el Papa
remarcó al afirmar que “que no es posible imaginar a Iraq sin
cristianos”.
Con pleno
reconocimiento por la labor de las Iglesias que “a través de las relaciones
fraternas han establecido muchos vínculos de colaboración”, el Sumo Pontífice
animó a los representantes de las Iglesias cristianas a que “a través de
iniciativas concretas, del diálogo constante” y del “amor fraterno”, se
realicen pasos hacia la plena unidad.
Puesto que Iraq
“tiene la vocación de mostrar, en Oriente Medio y en el mundo, la coexistencia
pacífica de las diferencias”, citando la declaración
conjunta realizada con el Catolicós-Patriarca Mar Gewargis III en
2018, el Papa exhortó a no dejar nada “sin probar” para que los cristianos
sigan sintiendo que Iraq es “su casa” y que son “ciudadanos de pleno derecho,
llamados a aportar su contribución a la tierra en la que han siempre
vivido”.
El diálogo
mejor antídoto contra el extremismo
Hoy por hoy es
“indispensable”, según el Pontífice, la vocación de “comprometerse para que las
religiones estén al servicio de la fraternidad”. El camino del diálogo
interreligioso, subrayó, "no es una cuestión de mera cortesía”, de
“negociación” ni de “diplomacia”, sino que “va más allá”: se trata de “un
camino de fraternidad hacia la paz”, a menudo agotador pero que “especialmente
en estos tiempos”, Dios “pide y bendice”.
El diálogo, que
para Francisco es “el mejor antídoto" contra el extremismo que amenaza
gravemente la paz, va acompañado de un trabajo destinado a erradicar “las
causas profundas de los fundamentalismos, de esos extremismos que arraigan más
fácilmente en contextos de pobreza material, cultural y educativa, y que se
alimentan de situaciones de injusticia y precariedad”, como aquellas dejadas
por las guerras que han afectado al país.
“Su país –
aseveró el Papa antes de concluir llamando a no apartar la mirada de Jesús,
Príncipe de la Paz - tiene su propia dignidad, su propia libertad, y no puede
ser reducido a un campo de guerra”.
“Pidamos a la
Santísima Trinidad, modelo de la verdadera unidad que no es uniformidad, que
fortalezca la comunión entre nosotros y entre nuestras Iglesias. Así podremos
responder al deseo de corazón del Señor de que sus discípulos sean
"uno" (Jn 17,21).”
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