Culpabilidad floral
| Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Hace ya tiempo
nos regalaron una pequeña flor de pascua a cada una. Me encantan, pero ya se
sabe lo que pasa con estas plantitas: llegan monísimas… pero no duran ni dos
días.
En efecto, ese
fue el desarrollo de mi planta. Comenzó a perder las hojas, a arrugarse… hasta
que, de pronto, ¡¡se estiró!! ¡¡Empezó a echar brotes!!
Para mí aquello
fue un auténtico milagro, ¡que dura hasta hoy!
Con tanto
crecer, vi que su tiesto se le quedaba pequeño, así que decidí trasplantarla.
Busqué uno más grande, puse tierra y, ¡listo!
Pero, de
pronto, caí en la cuenta: ¡¡no había puesto piedras en el fondo!!
Toda la mañana
me la pasé dando vueltas al asunto: “¿Drenará el agua? Bueno, tiene un agujero…
¿Y si se atasca?… ¿Y si…?”.
Total, que, esa
misma tarde, ¡¡volví a trasplantarla!! Igual con tanto baile se me muere la
pobre, pero creo que ha sido un acierto: ¡la tierra estaba tapando ya el
agujero del tiesto!
¡¡Cómo vi al
Señor en esto!! Sí, porque, en realidad, todos necesitamos “drenar” el agua que
cae en nuestro corazón. El agua, que por sí puede ser buena, si se estanca,
pudre las raíces de la planta y la mata. Del mismo modo, los sucesos del día a
día, que pueden ser motivo de crecimiento, si se nos atascan en el corazón…
¡nos matan!
Lo que más me
impresiona es que la clave está “en el fondo”, en esas piedras escondidas que
permiten que el agua salga con fluidez.
Esas piedras
que nadie ve son tus ratos de estar con el Señor, de parar con Él… y también
son todas esas personas que Él ha puesto a tu lado, con las que puedes
compartir, que te escuchan, te acogen… Su labor también suele quedar escondida,
¡pero son los instrumentos que Cristo te regala para que sigas floreciendo!
Hoy el reto del
amor es dar gracias por tus “piedras”. Te invito a que hoy cuides de forma
especial esa “primera piedra” del día: tu rato de oración. Deja que tu corazón
descanse en Cristo y, con Él, descubre esas otras piedras que tiene el tiesto
de tu corazón: una amiga, tu acompañante espiritual, tu hermano… Y, si hoy
alguien necesita que le escuches, ¡acógele con cariño! Ya sabes, querida piedra
que, aunque nadie vea tu labor, es crucial para que el agua siga corriendo… ¡y continúe la vida! ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
03 febrero 2022
Fuente: Dominicas de Lerma