"Los papas del pasado eran santos, yo no lo soy tanto". La amistad, el buen humor y la guerra, entre otros temas tratados por el Papa en una amplia entrevista concedida a show de la televisión pública italiana, “Che tempo che fa”, del canal RAI-3
Antoine Mekary | ALETEIA |
Ha sido escrita una página de historia. Un Papa que participa a un
show televisivo, en el que admite que necesita de amigos y de oraciones.
Un Sucesor de Pedro que dice que le “escandaliza” y que no entiende porque los
niños sufren. «La guerra es un sinsentido de la creación”. Y lanza un mensaje a
la U.E: «Es necesaria una política europea común sobre los inmigrantes».
Bergoglio también destacó la importancia de proteger el medio ambiente en
conexión desde la Casa Santa Marta, entrevistado por el periodista italiano
Fabio Fazio que estaba en Milán.
El buen humor es una medicina
El Papa admite que no es un santo y que el buen humor es una
medicina. «Necesito amigos, por eso vivo en Santa Marta, en este hotel donde
puedo conocer a tanta gente, hablar con todos». «Me gusta vivir con otras
personas, es más fácil para mí. Los papas del pasado eran santos, yo no lo soy
tanto, por eso necesito relaciones humanas», y «por eso no fui a vivir al
apartamento papal del Vaticano», y «la amistad me da fuerza, y la necesito, no
tengo muchos amigos, son pocos, pero son buenos”. El Papa insiste en rezar la
oración de Tomas Moro para no dejarnos confundir por el mal del mundo “Yo la
rezo desde hace 40 años”. “El sentido del humor es una medicina. El sentido del
humorismo te hace relativizar las cosas y te da una gran alegría. Esto hace
tanto bien”.
«El mal de la Iglesia es la mundanidad espiritual»
«Hoy el mayor mal de la iglesia es la mundanidad espiritual […]
Esta mundanidad espiritual engendra el clericalismo, una cosa fea, una
perversión de la iglesia, que conduce a posiciones ideológicamente rígidas.
Así, la ideología ocupa el lugar del Evangelio». Debemos volver a poner en
el centro «la Palabra hecha carne, Jesús: ahí está el futuro de la Iglesia, la
misericordia”.
«¿Por qué sufren los niños?
“Una pregunta a la que nunca he podido responder…No tengo
respuesta a eso. No hay respuesta. Dios es omnipotente en el amor, la
destrucción, el odio está en las manos de ese otro. En la relación de Dios con
el hijo pudimos ver lo que hay en el corazón de Dios cuando suceden estas
cosas». «Jesús nunca dialogó con el diablo: o lo ahuyentaba o le respondía con
la Biblia, le respondió con tres versos de las Sagradas Escrituras, esto es
válido para todas las tentaciones. a la pregunta de por qué sufren los niños
sólo encuentro la respuesta de sufrir con ellos. Dostoievski tiene razón en
esto”.
«Todos tenemos derecho a ser perdonados»
El presentador Fabio Fazio le pidió que recordará a los
televidentes el mensaje: mirar de arriba a abajo sólo para ayudar al prójimo”.
El Pontífice de 85 años respondió: “La mirada de arriba a abajo no es
admisible, nunca: es la mirada de los que dominan. Dios nos hizo buenos pero
libres, la libertad es lo que nos permite hacer tanto bien pero también tanto
mal, somos libres. Somos libres y dueños de tomar nuestras propias decisiones,
incluso las equivocadas. La capacidad de ser perdonado es un derecho humano,
todos tenemos derecho a ser perdonados si pedimos perdón. Hemos olvidado que
quién pide perdón tiene derecho a ser perdonado, si tienes alguna deuda con la
sociedad tienes que pagarla, pero con el perdón. El padre del hijo pródigo
esperaba a que regresara su hijo para perdonarlo”.
La guerra
«La guerra es un sinsentido de la creación. En la Biblia, Dios
crea al hombre y a la mujer. Pero luego viene una guerra entre hermanos, uno
malo contra otro inocente, por envidia, y luego una guerra cultural. Inmediatamente
llegan las guerras. Es un antisentido de la creación, la guerra es siempre
destrucción. Formar una familia, llevar adelante la sociedad es construir, la
guerra es destruir”.
«¿Cómo se aguanta todo lo que pasa en la sociedad?», le preguntó
el periodista y el Papa responde: «Si ves a tanta gente que aguanta cosas malas
todos los días, gente que aguanta dificultades familiares y económicas, padres
de familia que ven que con su sueldo no llegan a fin de mes, no sería honesto
si dijera que aguanto tanto. Lo aguanté como tantas otras personas. Y no estoy
solo. Tengo buenos hombres y mujeres que me ayudan, no soy un campeón de peso
que aguanta cosas, aguanto lo mismo que mucha gente».
Sucesivamente, el Papa Francisco lamentó el sinsentido «en las
guerras y en las armas, mientras que las personas pasan a un segundo plano».
“Los niños, los emigrantes, los pobres, los que no tienen para
comer no cuentan, están en las categorías inferiores, no están en primer lugar.
En el imaginario universal lo que cuenta es la guerra. Con un año sin
fabricar armas se puede alimentar y educar a todo el mundo de forma gratuita,
pero esto queda en segundo plano”.
El Papa sostuvo que el primer puesto lo ocupan las guerras:
“Guerra ideológica, guerra comercial, guerra de poder…, y tantas fábricas de
armas”.
Unión Europea y la ayuda a los inmigrantes
«Tenemos que pensar con inteligencia en una política migratoria,
una política» europea porque «el hecho de que el Mediterráneo sea el mayor
cementerio de Europa debe hacernos reflexionar», y «esto es puro
realismo».
«Lo que se está haciendo con los migrantes es criminal. Sufren
tanto para llegar al mar, que hay vídeos que documentan sobre lagers, uso la
palabra en serio: lagers en Libia. ¿Qué sufren? Quieren escapar. Los vídeos
están en el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. Sufren,
se arriesgan a cruzar el Mediterráneo, a veces son rechazados por los
responsables locales y dicen: no, aquí no vienen y mueren en el mar”.
«Una cosa es cierta”, según el Papa: cada país en la Unión Europea
tiene “que decir cuántos migrantes puede acoger, es una cuestión de política
interna que hay que pensar. Existe la Unión Europea y los países deben ponerse
de acuerdo, en comunión, ahora existe la injusticia. España e Italia son
los países más cercanos y no los reciben en otros lugares. El inmigrante debe
ser siempre acogido, acompañado, promovido e integrado. La integración es
importante porque, de lo contrario, las ideologías crecen como ocurrió en
Bélgica”, al mencionar el atentado terrorista de 2016.
La psicología de la indiferencia
El Papa también indica otro mal de nuestro tiempo la indiferencia.
«Vemos a los pobres, a los inmigrantes que mueren, a los niños que pasan
hambre, vemos la injusticia, pero hay una tentación muy mala de mirar hacia
otro lado. Miramos, nos quejamos un poco y luego es como si no hubiera pasado
nada. Es necesario sentir y tocar, no basta con ver”.
La cultura de la indiferencia. “Echamos de menos tocar las
miserias. Pienso en los médicos, en las enfermeras que dieron su vida en una
pandemia, tocaron el mal y eligieron quedarse con los enfermos. El tacto es el
sentido más pleno y completo, el que pone la realidad en nuestro corazón. Si
miramos el dolor de la gente sin tocarlo con nuestras manos, nunca podremos
encontrar una solución, un camino.”
La Casa Común
Por otro lado, el Papa autor de la primera encíclica social sobre
el cuidado de la Casa Común afirma: “Debemos hacernos cargo de la Madre Tierra:
los pescadores de San Benedetto del Tronto que acudieron a mí una vez
encontraron toneladas de plástico y limpiaron ese tramo de mar. Arrojar
plástico al mar es un crimen, mata la tierra, debemos proteger la
biodiversidad, debemos cuidar la creación”.
El papa Francisco luego citó una canción del cantante brasileño
Roberto Carlos en la que un hijo le pregunta a su padre «¿por qué ya no canta
el río? El río no canta», dijo el Papa, hablando del cambio climático,
«porque ya no existe».
Un papa melómano y que sabe bailar tango
Francisco ha dicho que le gusta mucho la música. «Me gustan los
clásicos, pero también me gusta mucho el tango», dijo. «Soy un porteño (es
decir, ser de Buenos Aires) y un porteño que no baila el tango, ¿qué clase de
porteño es?”, afirmó.
El Papa contó la historia de la foto que lo retrató entrando en
una tienda de discos en Roma: «No fui a comprar, esta gente es amiga mía desde
hace años, y arreglaron la tienda, y fui a bendecir la tienda… Y por la noche,
a oscuras, me dijeron que no había nadie, pero, ese día había un periodista
allí, que estaba esperando a un amigo para coger un taxi, por eso salió la
noticia”.
Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente: Aleteia