EL REGALO DE LA NAVIDAD

No les da la sensación de que Jesús de Nazaret está cada vez más arrinconado en Navidad?

Dominio público
Todos los años hay alcaldes que retiran belenes de las plazas de sus localidades. En Segovia desde 2017. Otros sustituyen la tradicional Cabalgata de Reyes por un politizado desfile de las “magas de enero”, y aunque sea criticado, así se queda. También se propone el cambio de nombre de la Navidad por “vacaciones de invierno”. 

Incluso en la Unión Europea ha circulado un documento interno enviado por la comisaria de Igualdad, Helena Dalli, con el que se pretendía que se felicitasen las fiestas navideñas sin la palabra Navidad, y en su lugar hacerlo con la fórmula “felices fiestas”. Dicen que lo hacen por las connotaciones cristianas del término y como una muestra de respeto a las diferentes creencias religiosas de sus compañeros.

Pero, ¿por qué se quiere cambiar el nombre de la Navidad? La motivación tiene claramente una motivación laicista. Aunque en el caso de España, debemos recordar que es un estado aconfesional y que nuestra constitución establece una relación de privilegio respecto a la iglesia católica. De todas forma, para justificarlo, argumentan con un pretendido respeto hacia las otras confesiones religiosas, y en especial de los musulmanes inmigrantes. 

Pero, la verdad, yo nunca he oído la más mínima incomodidad de la comunidad musulmana con estas fiestas, ni con los pesebres, ni con los pastores. Más bien al contrario. Las reivindicaciones de los musulmanes no van en la dirección de suprimir la Navidad, sino en incluir en el calendario festivo la fiesta del final del Ramadán o la Fiesta del Cordero.

Por qué iban a molestarse los musulmanes por la celebración de la Navidad. Para ellos, Jesús fue —como Abraham, Moisés, Mahoma— un mensajero de Dios. El islam, al igual que el cristianismo, cree que la concepción de Jesús fue un milagro. Y la Virgen María, la madre de Jesús, es tan importante para el islam que una sura, como se conocen los capítulos del Corán, lleva su nombre: Maryam (María en árabe). Es la única mujer mencionada por su nombre en el libro sagrado de los musulmanes.

Es obvio que no todos los españoles que celebran la Navidad son creyentes, como también lo es que otros muchos sí lo son. Se trata de unas fiestas que han transcendido su significado estrictamente religioso para ir mucho más allá, e incluso los que no son católicos o los que carecen por completo de fe respetan los símbolos de origen y significado cristianos: los belenes, los Reyes Magos, las imágenes de la Sagrada Familia… y también otros iconos que no hunden sus raíces en la Biblia pero sí han llegado a formar parte de la tradición occidental: Santa Claus o los árboles de Navidad, por ejemplo.

Jesucristo no es un mito. Su existencia es incuestionable. Ningún mito puede cambiar la Historia. Es la figura central del cristianismo y una de las más influyentes de la Historia. Hoy estamos en diciembre de 2021 D.C. (Después de Cristo). ¿Les dice esto algo?

El abogado Pérez-Orive escribió: El niño que nació en la cueva de Belén, hace 2000 años, no tuvo estudios ni fue a la universidad, ni hizo un master, ni tuvo secretaria o agente de prensa, ni manejó un ordenador, ni le entrevistaron nunca en televisión, y, sin embargo, su anuncio fue tan llamativo que, al pasar los siglos, mantiene hoy plena actualidad. El impacto de su mensaje no lo lograrían todos los medios de comunicación de la tierra. El novelista agnóstico Carlos Fuentes, dijo: “Busco en vano un personaje histórico más completo que Jesús”.

Es cierto que en España la Navidad tiene hoy más de nieve y trineos que de Niño Jesús en Belén. Y que hoy son muchos los que pretenden borrar todo vestigio cristiano de la Navidad. Una conquista de lo cultural para la que es esencial ahogar las raíces cristianas de nuestra sociedad. Saben que los símbolos y las tradiciones tienen muchísima fuerza, y por eso dedican su tiempo y esfuerzo a esa tarea.

Ante esto, ¿qué podemos hacer los cristianos? Muy sencillo: hacer “resistencia” a través de pequeños detalles. Así lograremos preservar el sentido cristiano de la Navidad.

Por eso hoy, más que nunca, le deseo Feliz Navidad, porque no es lo mismo decir “felices fiestas” que “Feliz Navidad”, ni es lo mismo decorar nuestra casa con el belén que adornarla con estrellas de nieve, muérdago y renos; y tampoco es lo mismo celebrar la Nochebuena que una simple cena familiar. Son pequeños gestos de fe conservados año tras año y transmitidos de una generación a otra los que mantienen vivas las raíces cristianas de esta fiesta. Seguro que usted también percibe la necesidad de hacer esta “resistencia”.

Navidad procede de natividad. Para los cristianos es el nacimiento en un pesebre de un Niño que fue el gran regalo de Dios a la humanidad. ¡Dios ha nacido, es Navidad, Feliz Navidad!

Emilio Montero Herrero

Fuente: El Adelantado de Segovia