Las Hijas de Jesús clausuran en Salamanca el año jubilar por los 150 años de su fundación. «Estamos celebrando el milagro de Dios en las personas sencillas», dice su superiora provincial
Clausura del año jubilar de las jesuitinas en Salamanca Foto: Jesuitinas |
El 8 de
diciembre de 1871, Cándida María de Jesús, una mujer sin letras y con poca
cultura, empleada del hogar acostumbrada a servir en las casas de distintas
familias, se aventuró a fundar nada menos que una congregación para educar a
niños de familias desfavorecidas y dar un trato especial a las mujeres más
castigadas por la vida. Así nacieron las Hijas de Jesús, las jesuitinas,
que acaban de celebrar en Salamanca la conclusión del año jubilar concedido por
el Papa con motivo de su 150
aniversario.
«Estamos
celebrando un milagro, el que ha hecho Dios a través de ella, el de las
personas sencillas que se fían de Dios y se empeñan en buscar su voluntad para
que al final Él actúe», dice Rosa Espinosa, superiora de la provincia jesuitina
de España e Italia.
Con santa
Cándida comenzó «un camino nuevo en la Iglesia, en un contexto histórico en el
que hacía falta una mayor implicación de la mujer en el ámbito de la
educación», afirma.
Así, inspirada
por el ejemplo de san Ignacio de Loyola, fundó una congregación para atender a
todo tipo de alumnos. «Ella se dio cuenta de que las instituciones religiosas
de entonces se centraban sobre todo en las clases más pudientes, y ella quiso
ir a todos, también a los hijos de las clases obreras», asegura Espinosa.
Esta concepción
más global de la educación la llevó también a fundar unas escuelas dominicales
para dar formación a las chicas de servicio de la época, para que ellas
tuvieran la educación que ella misma no pudo tener. Y luego vino el extranjero,
porque «al fin del mundo iría yo en busca de almas», solía decir.
«El mundo se le
quedaba pequeño –afirma Rosa Espinosa–. Quería ver a la mujer como agente de
cambio, y eso estaba metido en su espíritu misionero. Quiso llevar la Buena
Nueva a través de la educación».
Con este
ímpetu, el 3 de octubre de 1911 salieron las primeras Hijas de Jesús para
Brasil, y hoy las jesuitinas están presentes en 16 países de todo el mundo.
«No solo
estamos inmersas en el campo de la enseñanza a nivel formal, llevando
colegios», explica la superiora para España e Italia, sino que «también estamos
apostando por otras plataformas educativas de modo transversal: ecología
integral, conversión, migrantes, jóvenes…, al mismo tiempo que estamos creando
una red de educadores con el sello de nuestro carisma».
En este
sentido, la labor de las jesuitinas hoy está tanto en vanguardia como en la
espiritualidad más tradicional, tanto educando jóvenes en un campo de
refugiados de Tailandia como dando tandas de Ejercicios espirituales allí donde
están.
Juan Luis Vázquez
Díaz-Mayordomo
Fuente: Alfa y
Omega